AGRAVIO «NETWORK»

PitarchHoy propongo discutir un tema interesante como pocos y de gran actualidad. Nos afecta a todos. Se trata de esto mismo que hago ahora: escribir y colgar en la red. La gran mayoría de quienes nos sentamos delante de un ordenador, o tenemos a mano un móvil “inteligente”, lo hacemos. Y en la red encontramos todo y de todo. Es el signo de nuestro tiempo: poder acceder a la información sin moverse de casa, o desde cualquier lugar en que uno se encuentre. Un gran adelanto de la llamada civilización.

Pero esas capacidades creadas por el ser humano para facilitarse la vida tienen, como sucede en toda actividad humana, su contrapartida. Es su mal uso para difundir información o ideas que confrontan con la moral, la ley o lo que, de una u otra forma, repugne a la razón o los estándares y usos sociales. Ejemplos de ello se pueden encontrar a millares todos los días a poco que uno navegue por la “International Network” (Internet) ya sea en digitales, blogs, redes sociales o lo que uno quiera. En muchos casos el apoyo explícito al terrorismo, la calumnia, el insulto, la maledicencia, la descalificación interesada, la mentira, la incitación a la violencia, o al odio, o al delito, o a un etcétera sin fin, es moneda común en muchas páginas, con total impunidad.

Y, cómo no, cuando eso sucede, se produce normalmente bajo el anonimato. Y, para remate, en nombre de la libertad de expresión. Normalmente resulta difícil, y a veces imposible, identificar a los autores. Uno tiene la sensación de que en esa efervescente actividad “cibernética” subyace un gran vacío legal. Demasiada nebulosa. Parecería que lo que está prohibido en la vida real, cuela en la actividad virtual. Se me ocurren un par de preguntas que estoy seguro muchos de los lectores se las habrán planteado alguna vez: ¿qué tiene que ver todo eso con la libertad de expresión? O, ¿existen o deberían existir resortes para defenderse individual o colectivamente del insulto o la difamación que tanto se prodiga desde el anonimato de internet?

El ministerio del interior parece haber dado un paso adelante para atajar tanto disparate. Ayer fue detenido un joven valenciano, que al parecer llevaba algún tiempo incitando en twitter a matar a políticos, y cuya reprobable actividad se había disparado después del asesinato de la presidenta de la diputación provincial de León . Hoy, después de pasar por el juzgado, y haber sido imputado por supuesto delito de apología para comisión de asesinatos, ya está en la calle. Otro joven, jerezano, ha sido también identificado por la policía como autor de similar actividad a la mencionada anteriormente . Tal actitud oficial ¿va a ser norma o es solo una reacción momentánea por la alarma de los últimos días por el asesinato de León?

Podría estar abriéndose un camino hacia el fortalecimiento del marco legal contra este tipo de delitos “cibernéticos”. Sin gran esfuerzo político, se podría aprovechar la reforma del código penal, que se encuentra ahora mismo en el Congreso, para introducir las modificaciones convenientes. ¿Por qué no hacerlo así?

Fuente : Pitarch