A comienzos del año 2009 adquirí una scooter 125 cc de la marca china Aiyumo, que simplemente por el lugar donde la adquirí ya debería haberme indicado los quebraderos de cabeza que iba a proporcionarme.
Las marcas chinas de motos a comienzos de siglo estaban haciéndose un hueco en el sector de las motos pequeñas. Una de esas marcas era Aiyumo, que frente al precio de las Honda o Peugeot, era extraordinariamente barata. una diferencia de 2.000 € en el P.V.P. era un ahorro considerable. Finalmente acudí a una tienda de arreglos de jardinería, donde se vendían cortacesped y donde estaba el punto de venta autorizado por dicha marca para la venta de sus scooters. Por ser la última que les quedaban y ya no iban a traer mas modelos, me vendieron el modelo Aiyumo 125 cc por 800 €. No había ninguna moto en el mercado de venta por menos de 2.000 €, ni de segunda mano y aun menos nuevas. La Scoopy era la reina y señora de dicha tabla de ventas por mas de 3.000 €.
He ahí que voy a recoger la moto y me regalan en el concesionario de los cortacesped un casco y unas pinzas de bloqueo de disco de freno (antirobo). Bajo mi punto de vista nadie en su sano juicio robaría semejante 'trasto', pero estaba nueva, sin marcas y ralladuras y con una garantía de tener un kilometro cero.
Nada mas salir del concesionario y circular por la autovía se podía ver claramente que de 125 cc nada de nada, circulaba como mucho a 80 o 90 km/h en el mejor de los casos. La frenada si iba bastante decente en comparación con el conjunto. Sin embargo su destino era simplemente moverse en ciudad por lo que no me preocupaba esa falta de potencia.
Pronto comenzaron los problemas con la misma, exactamente al segundo mes de uso. La llanta de la rueda trasera tendía a desinflarse abruptamente sin remedio y ello me hizo dar varios llantazos que no hicieron sino empeorar la perdida de aire. Tenía que estar constantemente revisándole la presión del neumático y preocupado porque no me lo hiciera a gran velocidad o la caída estaba asegurada. Tras llevarla al concesionario oficial (tienda de cortacesped) hasta en diez ocasiones no me sabían dar una solución. Cambiaron la boquilla de llenado, volvieron a equilibrar las llantas, pero el error persistía y con cada perdida de presión, mas se achataba la zona donde daba el llantazo contra el firme.
Finalmente decidí llevarla a otro taller donde hice que le instalaran una cámara interna al neumático y así tener la garantía de perder menos aire e intentar que no volvieran a sufrir perdidas repentinas y el llantazo sobre la carretera. Esto solventó el problema, pero ya estaba decidido a adquirir otro scooter por la perdida de confianza en la misma.
En el segundo año adquirí una Peugeot y di por finalizada mi experiencia con las motos chinas. No es que el coste de tenerla hubiera sido muy elevado, 400 € por año no fue un gran desembolso. Sin embargo las perdidas de tiempo en taller, grúas y sustos a la hora de conducir, hicieron que la diera de baja y fue a parar al desguace, porque sino era segura para mi, tampoco lo sería para nadie, así que decidí eliminarla. Y así finalizó mi aventura china a comienzos de siglo XXI. La historia actual es bien distinta y ahora tienen grandes marcas que colonizan los 'stands' de las tiendas de motos y coches con otro resultado.