El Ministerio de Defensa ha descartado este martes salvar el portaaviones ‘Príncipe de Asturias’ del desguace, después de que fuera dado de baja definitivamente el pasado 13 de diciembre, si bien ha dicho estar abierto a estudiar alternativas que se puedan plantear desde la iniciativa privada.
Así lo ha indicado el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, al ser preguntado en un desayuno informativo en Madrid sobre la iniciativa impulsada por dos senadores del PP y el PSOE y suscrito por representantes de la sociedad civil para evitar la venta al peso de chatarra del buque y buscar algún tipo de «función museística» y de «reclamo turístico».
En respuesta a este manifiesto, Argüelles ha afirmado que «las cosas se están haciendo bien desde el principio» por parte del Ejecutivo porque la propia Armada ha reconocido que el que fuera su buque insignia es «un barco que ha llegado al final de su vida operativa útil».
«Con el máximo respeto a lo que representa un buque que ha sido tan emblemático en nuestra Armada, estamos procediendo ordenadamente al final de su vida, que inevitablemente tiene que ser el que se está haciendo, que es su desmilitarización y finalmente, si no hay otra alternativa, su desguace», ha remarcado.
Según ha subrayado el secretario de Estado, todo este proceso se realiza del mismo modo en otros países del mundo y, por lo tanto, es «parte del ciclo normal de un buque de guerra», por lo que «no hay que inquietarse».
Eso sí, Argüelles ha hecho hincapié en que si se ponen en marcha «iniciativas privadas» que puedan ofrecer «alternativas» al desguace del portaaviones, «la Armada las recibirá con sentido positivo» para proceder a estudiarlas.
La Armada se ha visto obligada a dar de baja el portaaviones porque, tras 25 años de servicio, requería una renovación urgente cuyo coste podía ascender hasta los 150 millones de euros. Dado que este tipo de buques no suelen tener una vida superior a los 30 años, la operación resultaba demasiado costosa como para mantener el barco sólo unos años más.
No es un barco fácil de operar
Aunque distintos países habían mostrado su interés para adquirir el buque, finalmente todos los posibles compradores se han ido echando atrás, ya que no es un barco fácil de operar. Además, su dotación es de unas 600 personas y no todos los países interesados cuentan con una plantilla en su Armada suficiente para mantener operativo este portaaviones.
En caso de que el proceso de desguace siga su curso, el Gobierno podría llegar a ingresar entre 20 y 30 millones de euros por la venta al peso de los restos, según fuentes militares consultadas por Europa Press. Todo dependerá de a qué precio esté el kilo de acero en el momento de la venta, si bien se calcula que el precio final rondará dichas cifras.
Fuente : Larazon