El Gobierno se ha visto forzado a conceder un crédito extraordinario al Ministerio de Defensa de 1.782 millones de euros con el que el departamento que dirige Pedro Morenés hará frente al pago de cuantioso material militar que las fuerzas armadas recibieron en el 2010 y 2011 -así como los compromisos de compra del 2012- y que no fue abonado.

Defensa quiere aprovechar que salda sus cuentas para sentarse a negociar con los proveedores con el fin de «reprogramar», en palabras de Santamaría, la adquisición de armamento ya contratado. El Ejecutivo trabaja con la vista puesta en reducir unidades, aplazar entregas y renegociar las condiciones, y revender material a terceros países.
Fuente: El Periodico