El regreso de un soldado que ha cumplido su deber

Un silbido se oía, entre las caras cansadas por las casi nueves horas de viaje desde Herat hasta Barajas, con escala en Estambul, al fondo del avión en el que regresaron ayer a España casi doscientos militares tras concluir su misión en Afganistán. El que silbaba era Jesús Fraile, el paracaidista herido el miércoles en las dos piernas en Ludina (Afganistán), que entonaba «When Johnny comes marching home», una marcha estadounidense con la que se recibía a los soldados que regresaban a sus casas después combatir en la Guerra de Secesión.

Fraile ya está en Madrid, donde continuará su recuperación en el Hospital Central de la Defensa «Gómez Ulla». Lo primero que hizo cuando las ruedas traseras del avión tocaron tierra fue gritar «yihaaa», como si el grito le aliviase la incomodidad del viaje, en el que no pudo levantarse de la camilla que le habían preparado, y le acercase al esperado abrazo con su familia.

Lo habitual es que los heridos en misiones internacionales regresen a España en aviones medicalizados, pero la situación del paracaidista, «muy estable», según los médicos que lo atendieron en Herat, permitió que volase en el avión en el que regresaron los médicos, enfermeros y sanitarios del ROLE 1 de Qala y Naw y del ROLE 2 de Herat, que fueron relevados la semana pasada. Tres de ellos estuvieron al lado del paracaidista durante todo el viaje, en el que volvieron a casa, entre otros, militares de los equipos TACP y de las unidades HELISAF y ASPUHEL.

Al pie de la escalinata del avión le esperaban el almirante Teodoro López Calderón, Comandante del Mando de Operaciones, y el general Jefe de la Brigada Paracaidista, Juan Gómez de Salazar, que le animaron en su recuperación. No necesita los ánimos, porque, como explicó a los periodistas que le visitamos, «hay que tirar para adelante».

Fuente: Atenea Digital