El teniente crítico con el Ejército denuncia «maltrato psicológico» en la cárcel militar

PancartasEscorpionesEstá en una prisión militar por escribir un libro, pero avisa de que tiene «casi decidido» publicar dos más. Luis Gonzalo Segura, el teniente autor del polémico Un paso al frente, en el que denuncia corrupción generalizada en el Ejército, ya ha cumplido la mitad de sus dos meses de arresto en la prisión militar de Colmenar Viejo (Madrid) donde, afirma, le están haciendo la vida imposible.

El militar, que ha pasado 23 días en huelga de hambre, asegura en una entrevista por carta para El Huffington Post que le han restringido las visitas de familiares y amigos a las mañanas, que le obligan a estar con la misma ropa durante días para «humillarle», que no le dejan salir de la habitación para pasear y que tres policías militares le tienen «custodiado» durante las 24 horas del día.

Segura afirma que físicamente se encuentra «bien» tras la huelga de hambre que abandonó el 9 de agosto tras las advertencias médicas. «A nivel psicológico hago lo que puedo por aguantar. Llevo 32 días encerrado, pero eso no es lo peor. Lo peor es el maltrato psicológico al que me someten», denuncia.

El teniente advierte de que «no conocen límites» y de que «lo peor está por llegar» porque «la caza de brujas ha comenzado y no hay límite legal o ético que les detenga». Además, se pregunta: «¿Dónde están los jueces, los fiscales, el defensor del pueblo? ¿Dónde está el Estado de Derecho?».

El militar describe en el libro al Ejército como una organización de castas en la que los altos mandos viven como semidioses con todos los privilegios del mundo, se gastan el dinero público o el destinado a la comida de la tropa como les viene en gana y utilizan los coches y helicópteros oficiales para su uso privado mientras se sirven de los soldados como chóferes. Segura dibuja una especie de mundo paralelo lleno de abusos, desvíos de dinero público, corrupción y acosos sexuales y laborales.

«ESPERO SER FUERTE»

El jefe del Estado Mayor del Ejército, general Jaime Domínguez Buj, que firma la sanción a Segura, considera que las declaraciones que el teniente hizo en las presentaciones del libro incurren en dos tipos disciplinarios: “Hacer manifestaciones contrarias a la disciplina, realizarlas a través de los medios de comunicación social” y “emitir expresiones contrarias, actos irrespetuosos o adoptar actitud de menosprecio contra mandos y autoridades militares”.

En esas frases, el teniente afirma que “el acoso laboral en el Ejército es una herramienta del mando, no un delito”, que en los cuarteles se dan “comportamientos seudomafiosos”, que “la justicia militar no es nada independiente” o que “con dinero público se pagan privilegios, clubes militares para que los oficiales jueguen al golf, hagan equitación o tengan piscina climatizada.»

Desde la prisión militar, Segura vuelve a pedir una auditoría de las Fuerzas Armadas y lamenta que «lo único que pretenden es que no salga en los medios, que todo se silencie, que nadie hable de lo que sucede». Por eso, prosigue: «La única certeza absoluta es que, si no me expulsan de las Fuerzas Armadas, lo que me espera es una de las más sanguinarias persecuciones que se haya visto. El destino de aquellos que denuncian es, irremediablemente, la baja psicológica».

«Espero ser fuerte psicológicamente para aguantar todo lo que se me viene encima», continúa. Además, insiste en que lo que le da «rabia» es que los «corruptos, los negligentes y las maravillosas puertas giratorias siguen siendo intocables» mientras que los que «estorban» son «machados sin piedad alguna». «Tengo amigos que hasta tienen que negar que me conocen porque hasta ellos están en el punto de mira. Es lamentable», se queja.

¿OTROS DOS LIBROS?

Segura, que recientemente ha enviado una carta al rey pidiéndole ayuda para impulsar reformas en el estamento militar, asegura que tiene «casi decidido» escribir dos libros más. «Me encantaría que el que cerrase la trilogía contase la historia de un joven rey que moderniza las Fuerzas Armadas (…), pero me temo que ese tercer libro será muy oscuro porque el segundo ya lo es. Sigo encerrado y poco o nada ha cambiado en la institución», subraya.

En este sentido, avisa de que va a «seguir luchando todo lo que pueda». «Cuando no pueda más, pues lo dejaré y me iré a mi casa o al psiquiátrico», subraya, porque afirma que le expulsarán de las Fuerzas Armadas o le «machacarán psicológicamente» hasta que se vaya.

Y concluye: «Ahora todos somos responsables de lo que sucede y podemos hacer dos cosas: denunciar y votar». Fuentes cercanas al militar afirman que están sorprendidos con los apoyos que está recibiendo y destacan, por ejemplo, las pancartas o sábanas que se pueden ver en distintos puentes y entradas de Madrid. De momento, el libro va camino de la séptima edición.

Fuente: Huffington Post