Pedro Manuel Araúz me envía una curiosa lista de expresiones de la jerga militar que se han incorporado a la lengua coloquial. Selecciono algunas:
- «Con cajas destempladas» (= tambores no ajustados, sonidos lúgubres).
- «Vete a la porra» (= el lugar de castigo en el cuartel).
- «Vete al carajo» (= la cofa en un mástil de un buque como lugar de castigo).
- «A mí, plin» (= referencia al general Prim para sustituir a Isabel II).
- «Estar baqueteado» (= castigo con golpes de las baquetas o varillas de los fusiles).
- «De tiros largos» (= las correas que sujetan el sable a la cintura de un oficial).
- «Meterse en camisa de once varas» (= lienzo de la muralla con una altura respetable). (Añado otra interpretación: la camisa amplia que se utilizaba en la ceremonia de adopción).
- «Se le ve el plumero» (= penacho de plumas del morrión que llevaba la Milicia Nacional a partir de 1820).
- «Perder los estribos» (= el control sobre el caballo).
- «Ser un viva la Virgen» (= el grito que daba la guardia en los buques de guerra).
- «Poner una pica en Flandes» (= dificultad de llegar hasta Flandes por el camino español).
- «Dejar en la estacada» (= en el palenque o campo de torneo donde quedaba malherido el derrotado).
- «Tener un ojo a la funerala» (= ojo contuso apuntando al suelo, como los fusiles en una ceremonia de duelo).
- «Apaga y vámonos» (orden del cura castrense para concluir la misa de forma expedita).
- «De punta en blanco» (= disposición de los caballeros medievales con las armas desenvainadas).
- «Esto es un bicoca» (= por la batalla de Bicoca contra los franceses en 1522, ganada sin esfuerzo).
- «A mansalva» (= disparo del artillero desde un lugar seguro, «a mano salva»).
- «Pasarlas canutas» (= el canuto o estuche donde se contenía la licencia del soldado sin muchos recursos para reemprender la vida civil).
- «Oído al parche» (= atentos al sonido del parche o piel del tambor para alguna orden). (Añado que quizá sea también una corrupción del parte).
- «Ojo avizor» (= galicismo por aviseur, el vigilante o centinela).
Aquí hemos comentado ya lo de «meterse en un jardín» (= por la vozjardín, que en los buques es la letrina que se halla en la popa). En mi libro Hablando pronto y mal me extiendo sobre la riqueza de las metáforas militares que se han introducido en el habla cotidiana. Véase esta lista: Ofensiva, vanguardia, estar en el punto de mira,estrategia, táctica, logística, cuartel general, estado mayor, cuarteles de invierno, búnker, cabeza de puente, movilización, banderín de enganche,bala en la recámara, munición, lucha armada, comando, campaña, cese de hostilidades, tregua, francotirador, ataque, objetivo, ir con el paso cambiado, quemar el último cartucho, cuatro y el cabo, hoja de ruta, aviso a navegantes, estar en el mismo barco, que cada palo aguante su vela. Hay muchas más, sobre todo de carácter náutico. Una frase celebérrima de tono militar es la que soltó Romanones cuando le dijeron que no le habían votado para entrar en la Real Academia Española: «¡Joder, qué tropa!».
Fuente : Libertaddigital