Helicópteros de la Armada contra piratas somalíes

A los piratas de Somalia no solo se les aborda por mar. Desde el aire, a una distancia de unas 10 millas náuticas (18 kilómetros) y a 3.000 pies de altura (900 metros), un helicóptero de la Armada española SH 60-B puede desbaratar el inicio de un asalto en alta mar.

«Si nosotros no queremos, ni nos ven», asegura desde la cubierta de popa de la fragata «Reina Sofía», Manuel García Mesa, capitán de corbeta y uno de los pilotos del SH-60B: el mejor helicóptero con el que cuenta la Operación Atalanta de la UE para luchar contra la piratería en el Índico al estar equipado con cámara infrarroja, capacidad de vuelo con gafas nocturnas, radar de superficie, detector de emisiones electrónicas y placas de blindaje contra los disparos del fusil de asalto soviético AK-47 (el favorito de los piratas somalíes).

«Realizamos dos salidas diarias de una duración de dos horas y media aproximadamente cada una. Podemos desplegarnos a una distancia de 100 millas náuticas (185 kilómetros) de la fragata para convertirnos en los «ojos» del buque de guerra y seguir en contacto con el jefe de operaciones. Desde la fragata se analiza nuestro trabajo al instante y se nos dan las instrucciones oportunas».

Ataque de la UE en mayo

El buque de acción marítima «Relámpago» -que se dirige ya hacia el Índico para relevar a la «Reina Sofía»- también cuenta con una aeronave de estas características que cada vez adquiere más importancia dentro del despliegue de la fuerza «Eunavfor» de Atalanta, donde ahora participan navíos de España, Francia, Italia y Alemania.

La importancia de estos helicópteros de la Décima Escuadrilla de la Armada, con base en Rota (Cádiz), no solo estriba en su capacidad de vigilancia y espionaje aéreo, sino también en su posible empleo en los «ataques quirúrgicos» aprobados el 23 de marzo por el Consejo Europeo de la UE con la aquiescencia del Gobierno Federal de Transición de Somalia, estado fallido por excelencia.

«Este helicóptero está equipado con misiles de guía láser y ametralladora de 12,7 mm.»

El 15 de mayo un helicóptero de «una unidad de la Eunavfor» -tal y como informó el mando de la Operación Atalanta, sin especificar el país para evitar represalias- atacó por primera y única vez una de las bases de piratas somalíes situada cerca del bastión de Harardhere. Se hundieron cinco esquifes piratas sin causar daño colateral ni herido alguno. Además se especificó que «ningún militar europeo puso pie alguno en la costa de Somalia».

«Este helicóptero está equipado con misiles Penguin y Hellfire de guía láser y con una ametralladora de calibre 12,7 mm.», ante la cual posa para la fotografía de ABC el también jefe de la unidad aérea embarcada en la fragata «Reina Sofía».

¿Participó este helicóptero de la Armada española en el ataque del pasado 15 de mayo? La respuesta del piloto madrileño García Mesa es contundente: «Fue un helicóptero de Eunavfor». Rehúye así cualquier comentario posterior y ratifica la versión oficial ofrecida por el vicealmirante británico Duncan Potts.

Vuelos sobre la costa

Los vuelos sobre la costa somalí, donde existen más de un centenar de campamentos de piratas somalíes, también son frecuentes. Siempre a una distancia prudente ( 900 metros de altura y un kilómetro de distancia) para evitar ser alcanzado por lanzagranadas. Ahora muchos piratas se han trasladado hacia la zona de Bosaso, puerto principal de Somalia desde que se inició la guerra civil en 1991 y situada en la región pirata por excelencia, Puntlandia.

«A veces ves cómo te apuntan con los AK-47; también te saludan», explica este veterano piloto que ha participado en misiones como Libertad Duradera en Afganistán (2003) o Libia (2011). Cuando vuelan cerca de la costa a bordo del helicóptero se encuentra un infante de Marina ojo avizor.

¿Cómo son las costas de Somalia desde donde zarpan al abordaje los piratas? «Abruptas, a un kilómetro de distancia se encuentran las montañas donde se refugian. Las casas son de barro, todo seco, muy seco. No sé cómo pueden vivir».

Fuente: ABC