Infantes de Marina en combate (II)

Juan_ChicharroEn el artículo precedente presentaba a infantes de marina del Tercio de Armada en acciones de combate en Afganistán; en concreto a los equipos de control aerotáctico, ACAF en su terminología militar.

Estos infantes de Marina combatientes de a pie tienen como su característica principal el hecho de que su arma no es el fusil sino el avión que manejan. Cuando la situación lo requiere piden un avión, lo dirigen a la zona objetivo, coordinan su acción con las fuerzas propias de tierra, les aconsejan el armamento adecuado y atacan. Y todo ello las más de las veces envueltos ellos mismos en el propio combate. Ciertamente complicado. Esta ha sido la forma de actuar de nuestros infantes de marina en Afganistán. Y con gran eficacia y valor personal demostrados y acreditados.

La valentía y el arrojo han sido la norma pero también su alta preparación y especialización. Estas líneas expondrán una muestra de esta aseveración.

El ideal buscado en toda guerra por cualquier contendiente es infligir al enemigo el mayor daño posible con el menor propio.

Las nuevas tecnologías por primera vez en la historia posibilitan esto; así, atacar al enemigo con un avión no tripulado cargado de bombas, manejado por un piloto remoto y dirigido por un controlador desde lejos – incluso desde el propio campamento – , han sido acciones frecuentes llevadas a cabo por nuestros infantes de marina en Afganistán. UAV,s norteamericanos, claro, pero dirigidos y controlados por los soldados del Tercio de Armada.

Veamos un ejemplo, entre otros muchos posibles, de los que allí se dieron. Y, al igual que en el artículo anterior, pongo mi pluma al servicio de quien sí estuvo allí y sabe de esto.

“UAV (Unmaned Aerial Vehicle) como bien indica su nombre, es un avión no tripulado, su PIC (Pilot In Command) se encuentra sentado delante de una consola dirigiendo tanto su vuelo como sus potentes y precisos sistemas de adquisición. El enlace con el PIC se realiza a través del avión, el cual retransmite la señal entre uno y otro. Al fin y al cabo su control y guiado se realiza exactamente igual que el de cualquier otro avión tripulado, sólo que con un pequeño retardo en las transmisiones, de unos 4 ó 5 segundos como mucho, que probablemente era debido a que la distancia a la que se encontraba la base del PIC era tal que requería que esta retransmisión se realizase vía satélite. Este UAV venía con 2 bombas de 500 libras y 4 misiles.

Cuando el UAV enlazó conmigo y tras actualizarle la situación le pedí que se dirigiese a la zona y que me informase de lo que viese. Para mí era la primera vez que trabajaba directamente con un avión no tripulado, y al decir directamente me refiero a que enlazase conmigo, a tener el control sobre él. No sabía cómo iba a funcionar, pero cuando llegó a la zona y me informó de lo que estaba viendo me quedé sorprendido. El elevado potencial de adquisición unido a la poca velocidad a la que es capaz de volar y la baja cota a la que puede permitirse su desplazamiento, convertían a este aparato en un sistema letal de lo más preciso.

Nada más llegar a la zona, y tras identificar las instalaciones del puesto de policía del ejército afgano atacado, le informé de que dicho puesto estaba, en ese mismo momento, recibiendo fuego desde el sur a unos 150 m. De inmediato localizó tres posiciones diferentes en la maleza, siendo capaz, a su vez, de identificar perfectamente los fogonazos. Me pasó coordenadas exactas de una de las posiciones enemigas y tras verificar que no había riesgo fratricida o de daños colaterales solicité ataque con un misil Hellfire. A la par iba coordinando con el centro de mando para la autorización del ataque y con la fuente del ejército afgano para que se mantuviesen en el interior de las instalaciones, aunque debido a la distancia a la que se encontraban no debía haber problema de daños amigos. El impacto del misil fue preciso, como era de esperar. Los enemigos restantes cambiaban de posiciones, siempre entre los árboles, probablemente buscando la ocultación aérea que proporcionan los mismos sin saber que lo que les estaba adquiriendo era un sistema térmico. Fue impresionante la capacidad de adquisición que tenía el UAV, llegando incluso a informarme de que tres miembros enemigos habían corrido hacia una posición abierta y que se habían cubierto con mantas para enmascararse, y que esporádicamente abrían fuego tendidos en el suelo y cubiertos por la manta. Con los mismos procedimientos, y siempre esperando a que el enemigo abriese fuego antes de lanzar un ataque, se lanzaron posteriormente otros 2 misiles más y una bomba, proporcionándome finalmente el UAV un resultado total en sus cuatro ataques de 10 enemigos abatidos. El resto huyeron hacia el Este. Eran las 0330 locales. Todo había terminado, ahora sí.

A la mañana siguiente, personal en zona nos informó que el ejército afgano hizo recuento de bajas enemigas en la zona, dando un total de cuarenta y cuatro muertos y treinta y cinco heridos y que ellos, de los veintitrés que eran sólo resultaron heridos tres, antes de que llegase el apoyo aéreo y por lo tanto debido al fuego enemigo. Este punto es el más importante de nuestro trabajo, evitar el fratricidio y los daños colaterales, y se consiguió.

Me siento obligado a hacer especial mención a todos mis infantes de marina, mi equipo, que trabajaron codo con codo a mi lado sin flaquear en ningún momento durante las aproximadamente 14 horas que duró el combate.

Arrojo y valor demostrado en los contactos directos fue siempre la norma, pero también la alta especialización en el empleo de medios técnicos sofisticados ha demostrado la valía de nuestros infantes de marina en los combates habidos en Afganistán. Soldados del siglo XXI. Así los hemos visto en un teatro de operaciones terrestre – también en Bosnia o en El Líbano – donde la presencia de la Infantería de Marina fue requerida por muchas razones pero sobre todo para cubrir capacidades necesarias de las que carecen otros. Y aquí, como bien se demostró – en el combate -, los infantes de marina dieron lo mejor de ellos con creces.

Pero la Infantería de Marina es un Cuerpo de la Armada, en verdad polivalente y apto para su empleo en cualquier escenario, pero concebido ante todo para la lucha en, desde y bajo la mar donde encuentra su esencia y razón de ser.

En el próximo artículo veremos a los infantes de marina combatiendo en la mar. En aguas del Océano Indico.

Fuente : Republica