La Armada intercepta a un cazatesoros en el Mar de Alborán

Los cazatesoros han vuelto al Mar de Alborán y gracias a un buque de la Armada han sido abordados e interceptados. En efecto, ayer, el patrullero «Infanta Cristina» abordó frente a la costa malagueña a un barco de bandera panameña que pertenece a una empresa estadounidense y que realizaba barridos con equipamiento específico para búsqueda de pecios.

El buque comercial se encontraba realizando presuntos sondeos con el objeto de localizar navíos hundidos. De hecho, según ha podido saber ABC, ha trabajado durante las últimas semanas en el borde de las aguas internacionales españolas, levantando sospechas del mando de la Armada.
La Armada estaba investigando desde el pasado octubre si la actividad de este buque, que realizaba operaciones en maniobra restringida (cuando un buque tiene su capacidad de maniobra limitada por realizar acciones con elementos bajo el agua) repetidas a una velocidad de 3 nudos, estaba relacionada con exploración, investigación o localización de patrimonio cultural subacuático en la plataforma continental española. Esa es la zona en la trabajó repetidamente Odyssey Marine Exploration antes de que saltara el escándalo por el expolio de la fragata «Mercedes». De hecho, en varias ocasiones se pensó -debido al tiempo invertido en la zona y el conocimiento de más de 1000 posibles yacimientos por parte de Odyssey en esas coordenadas- que la empresa radicada en Tampa podría haber expoliado otros pecios del Mar de Alborán. Algo que nunca se pudo probar y Odyssey negó siempre.

El buque investigado ayer realizaba la mayor parte de sus trabajos entre 25 y 30 millas de la costa malagueña, zona de aguas internacionales, pero perteneciente a la plataforma continental española. El mal tiempo desatado en la zona obligó ayer al barco a aproximarse a la costa, por lo que la Armada envió al patrullero «Infanta Cristina» a interceptarlo.
Registro y expulsión
Una dotación del patrullero de la Armada llevó a cabo una inspección al barco comercial, con la conformidad de su capitán, con el fin de corroborar que no estaba realizando actividades ilícitas. Durante el registro llevado a cabo por el «trozo» de la Armada (así se llama a la dotación enviada al otro barco), los militares españoles comprobaron que el buque contaba con material técnico especializado para la búsqueda de pecios, tales como un sónar de barrido lateral y un sondador monohaz. El capitán del barco confirmó de hecho que esa era la tarea que estaban realizando. Y se le pidió que abandonase tanto la zona como la actividad que estaba realizando sin permisos.

Además, tras el registro y el interrogatorio, el ‘Infanta Cristina’ les remitió una carta invitándoles a cesar su actividad en virtud del artículo 77 de la Convención de Naciones Unidas sobre la Ley en la Mar (conocida como Ley del Mar) y el artículo 10.2. de la Convención de Naciones Unidas sobre Protección del Patrimonio. Debido a esto, el barco comercial abandona la zona.

Fuente: ABC