El tercer protocolo de enmienda para el Convenio de Cooperación para la Defensa firmado entre España y Estados Unidos, mediante el cual la base aérea de Morón de la Frontera se convierte en centro permanente para las fuerzas estadounidenses de intervención en África, estipula en su capítulo de «inversiones locales» que EEUU usará «materiales, trabajadores y equipo español para proyectos y obras siempre que sea posible o cuando sea posible y conforme a las leyes y reglamentos de Estados Unidos».
Este tercer protocolo de enmienda para el Convenio bilateral de Cooperación, firmado el pasado 9 de junio en Washington (Estados Unidos) y recogido por Europa Press, ha sido ya validado por el Congreso de los Diputados. Mediante esta enmienda al convenio de cooperación de 1988, el contingente estadounidense radicado en la base de Morón pasará de los aproximadamente 850 infantes de marina y 17 aeronaves que acoge actualmente la base mediante prórrogas anuales, a un despliegue permanente de 2.200 militares, 500 civiles y 21 aeronaves. Además, la enmienda aumenta hasta los 800 efectivos y 14 aeronaves el límite para despliegues temporales, de modo que la base sevillana podrá acoger hasta 3.000 militares estadounidenses en momentos puntuales.
A este notable incremento de la presencia militar estadounidense llega después de que entre 2010 y 2014, Vinnell-Brown & Root Spain (VBR), como concesionaria del contrato de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa para la gestión de los servicios civiles de la base de Morón, acometiese 240 despidos entre los trabajadores españoles del recinto militar. En concreto, VBR promovió tres expedientes de regulación de empleo (ERE) en 2010, 2013 y 2014, siendo finalmente relevada por la compañía Vectrus en la concesión del citado contrato. Dada esta situación, el comité de empresa de la base de Morón reclama que la transformación de la base en sede permanente de las fuerzas militares estadounidenses de intervención en África y la ampliación del contingente americano traigan consigo la readmisión de los trabajadores despedidos y la equiparación de las condiciones de la plantilla con las de los trabajadores de Rota y del resto de bases estadounidenses en Europa, lo que implica su transformación en «personal laboral local».