La reorganización constante en que está inmerso el Ejército de Tierra ha conducido a la desaparición, en la última década, de varias unidades radicadas en la provincia. Sin embargo, el número de militares con plaza en Burgos ha crecido en los últimos diez años y, desde 2009, la cifra total no desciende de los 2.000. El número de soldados asentados en tierras burgalesas ha aumentado un 13,5% desde al año 2004, al pasar de los 1.770 de aquel ejercicio a los 2.010 de 2013, según la respuesta que recibió el socialista Luis Tudanca a una pregunta que formuló en el Congreso de los Diputados.
La disolución de la Agrupación de Apoyo Logístico 51 en 2009; la reducción del Batallón y el Cuartel General de Fuerzas Pesadas en 2008, y el traslado a Barcelona de la Subdirección de Fuerzas, en 2006, no se ha traducido en una merma del personal militar en la provincia. Más bien al contrario. El aumento de los mandos y de la tropa obedece sobre todo a una razón. En época de bonanza económica, las plazas que convocaba el Ministerio, no solo en Burgos sino en toda España, nunca llegaban a cubrirse. «Un joven prefería trabajar en la construcción por un sueldo de incluso 3.000 euros a hacerlo en el Ejército», recuerdan fuentes de Defensa.
Pero llegó la crisis económica y el paro empezó a subir a marchas aceleradas. En el sector inmobiliario era imposible encontrar un empleo y muchos jóvenes empezaron a ver en el Ejército una buena salida, cuando no la única, a su futuro laboral. Antes de 2008 la oferta de plazas siempre era mayor que la demanda, una tendencia que se invirtió al año siguiente. En ese ejercicio el número de militares en Burgos alcanzó los 2.126, una cifra que fue superada en 2010, con 2.244, el pico máximo en la última década.
Desde ese año la plantilla de combatientes de Burgos ha ido descendiendo hasta los 2.010 del pasado ejercicio, en parte debido a que la oferta de empleo del Ministerio también ha descendido, como consecuencia de las restricciones del Gobierno para contratar personal en el sector público.
Otro de los motivos por los que el número de militares no desciende tiene que ver con el relanzamiento del Mando de Fuerzas Pesadas para su conversión en Cuartel General de División. El proceso para llevar a cabo esta transformación comenzó hace dos años y está previsto que culmine a principios de este verano. En el año 2008 abandonaron Burgos en torno a 300 soldados (también oficiales y suboficiales), tras la conversión del Batallón de Fuerzas Pesadas en compañía.
El último varapalo para Burgos en la reorganización del Ejército tuvo lugar a finales del año 2010, con la desaparición de la Agrupación Logística Divisionaria como enclave principal del Ejército de Tierra, para transformarse en un grupo dependiente de la Fuerza Logística Operativa (FLO), con sede en Valladolid. Esa unidad creció hasta integrar a más de 400 militares, al asumir los efectivos de la AALOG 51, cuyo acuartelamiento (el Capitán Mayoral) había cerrado a finales del año 2009. Muchos de los militares hubieron de buscar destino lejos de Burgos.
No está previsto que el Ministerio de Defensa realice cambios en las guarniciones que actualmente están asentadas en Burgos, según fuentes consultadas por este periódico, ya que la creación de las Brigadas Orgánicas Polivalentes (BOP) «no afectarán» al organigrama del Ejército de Tierra en la provincia.
La reestructuración que ha dibujado el Estado Mayor del Ejército pasa por reducir el número de brigadas especializadas (mecanizada, paracaidista o de alta montaña) a ocho brigadas polivalentes. Y en principio todo parece indicar que las que serán suprimidas serán las de San Marcial, en Vitoria, y la de Castillejos (Zaragoza). Estas nuevas brigadas combinarán elementos ligeros y pesados en una estructura flexible y dinámica, más apta para intervenir en cualquier escenario, según señalan desde el Ministerio.
Fuente : DiariodeBurgos