Luz verde para el despliegue militar en Mali

MaliPor 302 votos a favor (PP, PSOE, UPyD, CiU y PNV), 18 en contra (Izquierda Plural y Grupo Mixto) y 2 abstenciones (Coalición Canaria), el Congreso de los Diputados ha ratificado esta mañana el acuerdo del Consejo de Ministros del 18 de enero por el que se autorizaba el despliegue de unidades militares en el marco de la crisis de Mali.

Los soldados españoles, algunos de los cuales ya están desplegados en Dakar, capital de Senegal, tomarán parte en dos tipos de misiones. Una, la Misión Internacional de Apoyo a Mali con Liderazgo Africano (AFISMA) que inició Francia el 11 de enero y en la que España participa con un avión C-130 Hércules y 54 militares, procedentes, en su mayor parte, del Ala 31 del Ejército del Aire.

Este contingente comenzó su despliegue en Senegal el sábado pasado y su misión consiste, como ha explicado el ministro de Defensa, Pedro Morenés, en «realizar transportes estratégicos de las capacidades regionales de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) hasta Mali».

Otra, la EUTM (Misión de Adiestramiento de la Unión Europea) Mali, que consistirá en adiestrar a las Fuerzas Armadas malienses (compuestas por unos 12.000 efectivos) para que ellas mismas sean capaces, en una segunda fase de la operación que inició Francia en enero, de restaurar la seguridad y la integridad en todo el país.

Para solicitar la autorización del Congreso, como así lo exige la Ley de la Defensa Nacional, han comparecido en el Pleno la Cámara Baja los ministros de Defensa y el de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. Este último ha intervenido en primer lugar para explicar el contexto en el que se enmarca el despliegue militar y Morenés ha aclarado los detalles del mismo.

La misión de instrucción tendrá un coste estimado de 3,8 millones de euros

Según el titular de Defensa, el coste estimado de la participación española en la misión EUTM Mali será de 3,8 millones de euros, con cargo al Fondo de Contingencia (como ha ocurrido en misiones anteriores), aunque no ha precisado el coste de la participación en la misión de la AFISMA porque puede variar «en función del esfuerzo operativo que se nos solicite», un «esfuerzo» que podría oscilar «desde un vuelo diario, lo cual supondría una carga importante de trabajo, a un vuelo semanal», ha dicho.

El despliegue militar en Mali se producirá atendiendo a tres principios básicos, y así lo ha subrayado Morenés: «Máxima seguridad y protección del personal desplegado, cumplir con nuestros socios y aliados, y la no participación en cometidos de combate», aspecto este último en el que ha incidido el titular de Defensa desde que comenzó a plantearse la intervención militar española en el país africano.

El ministro de Defensa ha explicado que los militares desplegados en Dakar se encuentran en el Cuartel General operacional del Ejército francés, «que proveerá de elementos logísticos y de seguridad a la unidad española allí desplegada». También habrá en la capital senegalesa un oficial de enlace con el Mando de Operaciones Aéreas, que se ha establecido en N’Djamena, la capital de Chad. Entre las misiones estratégicas del Hércules español «se excluye la evacuación médica de heridos -ha precisado- porque el avión no dispone de los medios necesarios».

Con respecto a la misión de instrucción de los militares malienses (la EUTM Mali), Morenés ha señalado que la duración estimada de la misión es de 15 meses, que los efectivos que participen «no estarán involucrados en operaciones de combate», y que se creará un Mando de Coordinación en Bamako y unas instalaciones de entrenamiento «en un punto cercano a la capital que todavía no se ha decidido por razones de seguridad».

El titular de Defensa ha concluido su intervención insistiendo, como ha hecho en ocasiones anteriores, en la «importancia que para la seguridad de España tiene el Sahel», porque, y así lo ha recordado, «está a menos de dos horas de vuelo de nuestras costas». Por este motivo, Morenés ha subrayado que habría sido «negligente» no hacer nada en esta crisis, porque «podría empeorar, y mucho, la situación de los países del norte de África que se enfrentan, en estos momentos, a complicados procesos de transición».

Fuente: Atenea