Según ‘WSJ’, los militares inicialmente planeaban enviar una misión desde Turquía, pero este país se negó a colaborar y los organizadores de la operación tuvieron que elegir una alternativa más lejana desde la que iniciarla, aunque el lugar concreto se mantiene en secreto. El destino programado del operativo era un punto al sureste de la ciudad de Raqqa, Siria.
Los participantes de la operación, varias decenas de comandos de la Fuerza Delta del Ejército de EE.UU., se entrenaron durante semanas en una base estadounidense en Carolina del Norte. Según ‘The Guardian’, las fuerzas especiales contaron con helicópteros, aeronaves de ala fija y aviones no tripulados. El 3 de julio, «en una noche sin luna», tras aterrizar en la ciudad de Raqqa y aproximarse a su objetivo, una instalación petrolera donde presuntamente se hallaban los periodistas James Foley y Steven Sotloff, fueron recibidos con disparos de los yihadistas del Estado Islámico.
Sin embargo, al inspeccionar el lugar los militares descubrieron que los rehenes habían sido trasladados «hacía tan solo 72 horas».
Según los medios estadounidenses, la Inteligencia de Estados Unidos determinó el paradero de los rehenes a principios del verano. Posteriormente, el presidente Barack Obama autorizó en secreto que las fuerzas de Operaciones Especiales comenzaran a planificar una operación de rescate dirigida por el Pentágono con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Al divulgar la información sobre la misión de rescate EE.UU. por primera vez ha puesto de manifiesto que los militares estadounidenses actúan en el terreno de Siria, subraya AP.
Fuente : actualidadrt