Pedro Pitarch «REFORMA, ISLAMISTAS Y DE TODO UN POCO»

PitarchSuma y sigue. La deriva reformista sigue hinchándose. Comentaba en el post anterior que “la reforma constitucional empieza a ser ―y apuesto que será― el factor común y el martillo con el que los partidos políticos nos van a machacar a los votantes a lo largo de 2015”. Y, coincidiendo en esa línea de pensamiento, ayer, en La Granja de San Ildefonso, la cúpula del PP y sus barones regionales han escenificado un rotundo posicionamiento a favor de la vigencia de la Constitución en general, y de algunos aspectos concretos de ella en particular. Parece así que la llamada “Declaración de La Granja” va a convertirse en la piedra angular del argumentario político del PP hasta las legislativas. Ha sido un gesto colectivo y unánime que, hay que reconocerlo, ya gustaría observar en otros grupos políticos significativos. Al menos así se clarificarían muchas cosas. Es de agradecer el paso dado en la atmósfera confusamente revisionista que impregna el escenario político de nuestros días. De todo lo dicho, acordado o confirmado en el evento hay dos ideas expresadas por el Sr. Rajoy, que sintetizan la postura del Gobierno y del PP. Una de las ideas es que la Constitución es reformable, bien que solamente cuando “lo exija el interés general de los españoles, su interés real y para el desarrollo del proyecto europeo”. La otra es que “el gobierno y el PP jamás negociarán la soberanía nacional, la unidad de España, los derechos fundamentales de los españoles y la igualdad de todos”.

Amén ―añado yo―, aunque uno nunca sabe qué valor tiene el adverbio “jamás” en el lenguaje político. Tal postura supuestamente firme del PP y del Gobierno ¿qué recorrido real tiene? ¿Hasta qué punto aguantará su vela este palo, cuando la gran mayoría de los demás partidos están o por una revisión constitucional (sin tener muy claro qué es lo que hay que revisar) o, incluso, por abrir un proceso constituyente? A ver si ahora algunos van a descubrir el movimiento constitucional continuo: moverse aunque no se sepa para qué y aparentar que se hace algo. Tales actitudes, ese furibundo hormigueo alrededor del voto, no es de recibo en un país serio del primer mundo porque, como dice el castizo, con las cosas de comer no se juega. Jugar con la convivencia de los españoles es un lujo que no podemos ni tan siquiera pensarlo. Uno desearía que los responsables políticos se amarraran bien los machos y se estudiaran bien qué es lo que realmente quieren, antes de lanzarse a debatir sobre una reforma constitucional de calado. Algo que, por otra parte, me suena que no está entre las grandes prioridades de la ciudadanía. A ver si todavía estamos a tiempo de de soslayar el riesgo de devenir en una situación, en la que tengamos que certificar que la Constitución de 1978 no fue posible reformarla sin simultáneamente abatirla.

Y mientras discutimos sobre si son galgos o podencos, o nos distraemos en luchas intestinas, el islamismo radical y su rama terrorista, el yihadismo, campan por sus respetos y prosiguen su desarrollo en España. Hace cuatro meses, en el post “YIHADISMO EN VENA” ( http://elblogdepitarch.blogspot.com.es/2014/08/yihadismo-en-vena.html?q=yihadismo ) afirmaba que “Europa se va llenando de inmigrantes legales o ilegales de religión musulmana que se incrustan en y ensanchan esos crecientes barrios de musulmanes, que no se integran en las sociedades que les acogen. Éstas, además, se muestran, al menos de momento, incapaces de controlar o limitar sus actividades en mezquitas o madrazas que proliferan por doquier”. Y eso continúa desarrollándose. Grandes expertos en el fenómeno ―entre los que se encuentra Chema Gil (que invito a leerle en iuxed.com)― señalan que las redes sociales, las mezquitas y las cárceles son tres de los más importantes espacios para la propaganda, el reclutamiento, los tráficos ilícitos y el proselitismo islámicos. El reciente procesamiento de 15 miembros de una banda de radicales islamistas, que operaba camuflado en el llamado Centro Cultural Islámico de Madrid (la conocida como mezquita de la M-30), inaugurado con bombo y platillos por el Rey Juan Carlos en septiembre de 1992, sintetiza como ningún otro ejemplo, lo que nos está pasando. El más grave problema de todo esto es que parece que ya nos hemos acostumbrado a alimentar el, y a convivir con el desafío yihadista. Ya no sé si se trata de desconocimiento, desinterés, minimización del riesgo.Quizás sea una inconsciente y fatal entrega a lo inevitable.

Fuente: Blog