La española Navantia continúa negociando con el Gobierno de Australia para lograr el contrato de construcción de submarinos S80. Sin embargo, en la firma española son conscientes del peligro que supone la irrupción de Japón en las negociaciones: los nipones quieren vender sus propios sistemas y Australia «se está dejando querer».
Es una de las mayores esperanzas del sector naval militar español. Lograr el contrato para la producción de doce submarinos para la armada australiana supondría un negocio de 28.000 millones de euros. Un impacto económico sin igual para los astilleros Cartagena.
Pero según han confirmado fuentes de Navantia a El Confidencial Digital, el proceso de negociación se está complicando. “Las relaciones de Navantia y de España con Australia son muy buenas, pero la entrada en escena de Japón es peligrosa”.
Los gobiernos de Australia y Japón firmaron el pasado mes de septiembre un amplio acuerdo de cooperación estratégica –Japón sólo tiene uno similar con Estados Unidos-, en el que se incluyeron algunas clausulas relacionadas con la industria naval militar.
Un submarino probado
Navantia lleva negociando desde 2006 con Australia, y la opción de los S80 parecía hasta ahora la que más opciones tenía, por delante de los astilleros franceses DCNS y los alemanes HDW.
El motivo, aparte de la buena relación empresarial entre los astilleros españoles y el Gobierno de Australia –comprador de dos Buques de Proyección Estratégica y tres fragatas F-100-, era el apoyo de Estados Unidos al proyecto español. El sistema de guerra de los S-80 es de fabricación estadounidense.
Sin embargo, Australia ha dejado claro en varias ocasiones que le gustaría optar por un submarino ya probado, no comprado sobre plano. Y esta es la principal ventaja que manejan los astilleros nipones. Cuatro de sus nuevos submarinos diesel de tamaño medio, clase Soyru –similares al S-80- , ya están en activo en la marina japonesa. El s-80, sin embargo, no llegará hasta 2013.
El gobierno nipón, acuciado también por la crisis del sector, ha decidido además flexibilizar las duras condiciones para la exportación de material de Defensa a otros países.
Pese a todo, y aunque no se oculta la preocupación, en Navantia se sigue viendo la oportunidad de negocio con optimismo. “Navantia ha demostrado a Australia su saber hacer y su seriedad, y las condiciones de transferencia de tecnología y las posibilidades de deslocalización de la producción siguen siendo nuestros factores a favor para lograr el contrato” aseguran fuentes de los astilleros españoles.
Fuente: ECD