Según hemos podido saber por El Confidencial Digital, el miedo ha cundido en la cúpula militar ante la posible victoria electoral de Podemos. Ahora quieren sentarse a hablar con esos rojos perroflautas —no sea que ganen las elecciones— y lo quieren hacer para explicarles lo importante que es “la cultura de la Defensa Nacional”, lo que traducido al idioma común es que no quieren que les desmantelen el chiringuito. Esos patriotas a los que Podemos les parecían poco más que traidores comunistas, ahora quieren dialogar con ellos. No hay que olvidar que uno de sus últimos movimientos ha sido filtrar información a uno de sus periodistas de confianza (21 años en ABC llevando Defensa y 4 en El Confidencial) para relacionarme con Podemos —como si ello fuese la peste— e intentar desprestigiarme a mí y, de paso, atacar a Pablo Iglesias. Ya se sabe, el palo y la zanahoria…
A estas alturas, creo que a pocos van a engañar, como a pocos engañan los políticos, porque la sociedad empieza a saber lo que sucede en las Fuerzas Armadas. Ya casi nadie comprende que necesitemos 250 generales para 120.000 militares mientras los chinos necesitan 190 generales para 2.300.000 militares o que en la Guardia Civil el 87% de sus efectivos sean el equivalente a soldado raso y en las Fuerzas Armadas ese ratio se rebaje hasta el 33%. Por no hablar de los 1050 coroneles de los que solo necesitamos 50 o los 3.500 tenientes coroneles de los que necesitamos menos de 300.
La broma del excedente de oficiales, que puede resultar graciosa por lo de ver a coroneles mandando piscinas o generales de secretarios de secretarios de otros generales, se puede cifrar en 2.000 millones anuales (sin contar los 3.519 millones de euros anuales que se gastan en las clases pasivas y que se verían reducidos claramente si se reducen el número de mandos). Lo cierto es que para 42.920 soldados sería suficiente con 6.413 mandos (de cabo a general de Ejército), aplicando el ratio de la Guardia Civil, y no los casi 77.080 que ahora tenemos. Otra opción sería elevar el número de soldados hasta los 104.400 que es lo que sería lógico para unas Fuerzas Armadas de 120.000 componentes. Ello también supondría un ahorro más que considerable. Lo que es ineludible es la concesión a los militares de tropa de la categoría de militares de carrera, ya que la precariedad laboral actual es un caldo de cultivo excelente para abusos, corrupciones y privilegios. Y lo que no tiene sentido es seguir manteniendo este disparate estructural actual a medio camino entre un ejército profesional y uno de reemplazo
En este desbarajuste absoluto, en el que la cúpula militar ha decidido reproducirse como si fuese una plaga, nos encontramos que, al final, después de meses denunciando públicamente esta insoportable macrocefalia o excedente de oficiales, el último movimiento ha sido buscar los ceses forzosos de la tropa para aliviar el colapso financiero en la medida de lo posible, mientras la cúpula militar sigue agarrada al sillón. Para hacernos una idea de la magnitud del problema, a día de hoy, son susceptibles de sufrir ceses forzosos hasta 65.580 militares con el fin de disminuir su número o sustituirlos por soldados más jóvenes mientras que los altos mandos que nos sobran siguen tan tranquilos.
Este desalentador panorama de colapso económico, endeudamiento insostenible (30.000 millones de euros) y ceses forzosos de tropa necesitaría de contención en el gasto, por lo que lo último que se esperaría es que el ministerio formalizase compras por valor de 10.000 millones de euros (que es precisamente lo que ha hecho justo un año antes de terminar la legislatura), máxime cuando tiene un chanchullo espectacular montado para conseguir pagar -a hurtadillas- la ingente deuda. Bien, pues es lo que ha sucedido. Se ve que estas ingentes e innecesarias compras son para la cúpula militar parte de la “cultura de la Defensa Nacional”.
EL chanchullo que tiene montado Defensa (parece ser que no incomoda a la cúpula militar por lo que debe de formar parte de su cultura), se basa en la aprobación de créditos extra-presupuestarios en verano de 2012 (1.783 millones de euros), 2013 (877 millones de euros) y este mismo año (884). Finalmente, la jugada les salió mal porque van a ser llevados al Tribunal Constitucional por varias formaciones políticas, ya que son considerados ilegales por éstas. Pero no son las únicas trampas, hay más: los casi 800 millones de euros anuales que nos cuesta las operaciones militares de mantenimiento de la paz y los 1.000 millones de euros que gastan los organismos autónomos del ministerio de Defensa no se compatibilizan tampoco en los 5.767 millones que se suponía íbamos a pagar los españoles en la defensa durante este ejercicio 2014.
Lo peor de todo, al final, no es que vivamos en la esquizofrenia, es que la cordura no parece llegar al ministerio de Defensa y, tal vez, no lo haga nunca. Sabiendo que hay informes que incitan a los ceses forzosos de la tropa y que la situación de colapso económico es insostenible, hemos sabido que 1.979 militares españoles se encuentran en diferentes conflictos en el extranjero, siendo España el quinto país del mundo en presencia militar exterior, solo por detrás de Estados Unidos, Alemania, Italia y Gran Bretaña. Pero tranquilos, que nadie esté decepcionado por el quinto puesto, ya que cuando lleguen los 300 militares que tenemos comprometidos con Irak, subiremos al cuarto puesto superando los 2.200 militares (y el podio lo tenemos cerca, es Italia con 2.845)… Países como Francia, en cambio, han reducido sus efectivos en el mundo hasta los 1.340 militares.
Pero hay más, mucho más, sí, sí… resulta que el Estado Mayor de la Defensa pretende duplicar el Núcleo de Fuerza Conjunta (militares que pueden ser proyectados al exterior en un corto plazo de tiempo) de 7.000 (que es lo que solicita la OTAN a todos sus miembros) a 15.000 militares… ¡Pues claro! Para cojones los nuestros… Venga, ¿quién da más?
Así que, lo que quieren explicarle a Podemos, por si éstos ganasen, es que quieren seguir manteniendo las puertas giratorias con la industria armamentística, seguir siendo el número que les de la gana aunque ello sea insostenible económicamente, seguir tratando a los soldados como reclutas temporales en lugar de hacerles militares de carrera y con ello perpetuar sus abusos y privilegios, seguir teniendo su propia justicia militar y auditorías para que nadie descubra sus corruptelas, seguir controlando a la Guardia Civil para que no les investigue o seguir impidiendo ejercer la libertad de expresión a los militares, no vaya a ser que esto estalle y toda la sociedad se entere de lo que sucede… Vamos, que quieren explicarle lo que es la “cultura de la Defensa Nacional”…
Fuente : Publico