Unas vacaciones militares

niñomilitarCuando los niños piensan en lo que quieren ser de mayores, barajan muchas posibilidades y cambian de idea cada poco tiempo. Que a los 12 años, un chaval sepa con certeza a lo que se quiere dedicar en la vida es algo excepcional, y más cuando es algo tan duro como la carrera militar. Un ejemplo lo tenemos en Santiago Cabañas Rojo, un joven arandino de 17 años que lleva toda su infancia y juventud soñando con entrar a formar parte del ejército.
Mientras espera a cumplir la edad reglamentaria para ingresar en las Fuerzas Armadas españolas, lleva ya dos veranos, y con el que viene tres, pasando 15 días viviendo como un militar de verdad. Cuando otros compañeros de clase optan por campamentos de verano multiaventura o simplemente ir a la playa o a la piscina, Santiago se va a la localidad valenciana de Benageber para permanecer la primera quincena de agosto en el Campamento ‘Tercios Jóvenes Infantes de Marina’ que organiza la Asociación Nacional de Veteranos del Real y Glorioso Cuerpo de Infantería de Marina de la Armada Española ‘Avime 1537’.
Este campamento reproduce la cotidianidad de la vida militar, enfocado al Cuerpo de Infantería de Marina, que es el más antiguo del mundo ya que se fundó en 1537. Tan real es que los asistentes no tienen ni un minuto libre. «Es impensable tener tiempo de ocio, lo único que tienen sin actividades durante el día es el tiempo de descanso, el de la noche para dormir y dos horas a medio día que pueden aprovechar para descansar, para lavar la ropa o para coser y el que no aproveche ahí para dormir es sueño que va acumulando», asegura Dionisio Ruiz, instructor del campamento. Un horario duro que a Santiago, el único castellano leonés que lleva acudiendo a todas las ediciones de esta cita, no le importa. «Son 15 días que puedo vivir de verdad como un militar, tengo el resto del año para hacer otras cosas, pero cuando estoy allí quiero aprovechar el tiempo al máximo y aprender lo más posible», afirma con la seriedad que le caracteriza, casi impropia de un joven de su edad.
El campamento de Avime 1537 incluye preparación física, clases teóricas sobre Infantería de Marina o la Constitución española, técnicas de escalada, instrucción, desfile, superviviencia, salvamento y primeros auxilios, entre otras muchas cosas. «Hay una clase detrás de otra y lo bueno es que los cadetes no saben lo que les espera después, es una sorpresa detrás de otra», apunta Ruiz. Eso sí, esta iniciativa no está pensada como un castigo para los que hayan sacado malas notas, allí tienen que ir jóvenes que tengan vocación militar o quieran probar en sus propias carnes la vida en las Fuerzas Armadas. «Hay padres que nos llaman porque su hijo es un rebelde y les preguntamos si el chico va a venir voluntariamente, y si es que no, les decimos que no vengan porque esto no es para él», asegura el instructor y vicepresidente de Avime 1537.
Santiago Cabañas lleva ansioso por volver este año desde el día que abandonó el campamento del verano pasado. Tanto es así que quiere ayudar a difundir esta iniciativa y anima a todo aquel joven ribereño, menor de 22 años, a que si le interesa el ejército, que se informe en la web de Avime 1537 y se apunte a esta experiencia para medir sus fuerzas y si su vocación militar es auténtica.

Fuente : DiarioBurgos