La Asociación de Suboficiales Profesionales – ASFASPRO, ha abandonado al que hasta ahora era su despacho de abogados el prestigioso bufet de Suarez-Valdes, ello lejos de contentar a los asociados de dicha asociación profesional presentes en el COPERFAS – Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, ha provocado que algunos de los mismos se estén planteando abandonarla por dicho motivo ya que comienzan a ver que los informes que se elevan a dicho organismo de Defensa son obviados una y otra vez y la defensa jurídica era lo único que les vinculaba con la asociación, maxime cuando el despacho de abogados dispone de una oferta para esos militares que quieren abogados pero no creen en el movimiento asociativo, pero si en el ahorro de costes a la hora de contratarlo a través de terceros. Os reproducimos una carta que nos ha hecho llegar un supuesto asociado de ASFASPRO que nos expresa lo siguiente; la reproducimos literalmente.
«Estimado compañero, te escribo para poner en común contigo mi opinión sobre la gestión que de nuestra asociación ASFASPRO, viene efectuando la actual directiva y los motivos por los que me voy a dar de baja en la misma.
Hasta donde me alcanza la memoria, yo nunca tuve una vocación sindicalista o asociativa y lo que me impulsó a buscar una asociación con la que afiliarme, no fue otro estímulo, que la creciente inseguridad en la que los suboficiales venimos prestando nuestros servicios en nuestras amadas Fuerzas Armadas. Por un lado cualquier mangante-delincuente nos puede denunciar porque le hayamos puesto un IPEC negativo o le hayamos reprendido, con posible repercusión penal. Por otro lado manejamos puestos de responsabilidad en los que resulta sencillo tener una metedura de pata, con la consiguiente repercusión disciplinaria. Por último, siempre he sentido que, como suboficial, me encontraba en medio de una pinza, entre mis subordinados, que están deseando que haga algo mal para denunciarme y los de arriba, que no solo no me respaldan ante los de abajo, sino que ya me han demostrado que aprovecharán cualquier leve error para sancionarme o perjudicar mi carrera.
Necesitaba un respaldo jurídico fuerte, por si algún día surgían problemas serios.
En su día me decanté por ASFASPRO porque tenían, sin duda, el mejor Gabinete Jurídico que hay en España en materia militar, que es Gabinete Jurídico Suárez-Valdés. En principio, mi decisión no pudo ser más acertada, esos abogados son especialistas y me lo demostraron. Pronto surgieron los problemas en mi puesto y mi experiencia con ese despacho no ha podido ser mas satisfactoria. El resultado ha sido que, ante problemas serios surgidos en mi trabajo, he salido indemne de todos ellos, gracias a la ayuda de Suárez-Valdés. No puedo sino hablar cosas positivas de ellos.
Sin embargo, en fechas recientes he recibido una comunicación de ASFASPRO que me refiere que, de un día para otro, van a cambiar de asesoría jurídica, en relación con la cual no encuentro referencias claras en Internet, en definitiva, quedo en manos de unos auténticos desconocidos. Me dicen también que, a partir de ahora, las consultas jurídicas que desee formular, se las tengo que hacer, oblilgatriamente, a unos compañeros de la asociación que se autodefinen como apoyo al socio y me empiezo a acojonar, ya que no me indican quien es ese compañero que asume esa parte de la asesoría jurídica, ni cual sea su experiencia como abogado, ni me ofrecen dato alguno. Es mas, me suena el tema rápidamente a incompatibilidad manifiesta y a trapicheo cutre de dos o tres, ya que es de todos sabido que por mucho que se tenga concedida una compatibilidad para el ejercicio de la abogacía, a un compañero le resultaría legalmente imposible defender a un miembro de las FAS contra el Ministerio de Defensa, so pena de recibir una durísima sanción. A ello debo añadir que no entiendo porque le tengo que contar yo mis problemas a un compañero que no se quien es, ni donde está destinado, ni a quien se lo va a ir a contar luego. No me parece de recibo esa injerencia de la asociación en mi intimidad.
Indago para tantear donde me están metiendo y resulta que no se me da una explicación coherente de porque tenemos que cambiar de despacho. Unos me dicen que hay malas relaciones entre la junta directiva y el Sr Suárez-Valdés y otros me dicen que el despacho es muy caro y que se han buscado una opción más económica. La conclusión que saco, es que nuestra asociación se decanta por una opción Low-cost, de yo me lo guiso y yo me lo como, en detrimento de mis intereses. En una palabra, hemos pasado de ser defendidos por los máximos especialistas nacionales en materia de derecho militar, a ser defendidos por unos perfectos desconocidos, extremo este que me niego a asumir sin más.
Por otro lado, comienzo a detectar una tendencia muy sospechosa en ASFASPRO, cuando me insisten en que tengo que solicitar al Gabinete Jurídico Suárez-Valdés que deje de mandarme los correos sobre novedades jurídicas que me remiten. Yo les pregunto, que utilidad puede tener para mi que, una información que se me remite de forma gratuita y que considero de gran interés, me deje de ser facilitada y obtengo el silencio por respuesta. Empiezo a sospechar que mi asociación me toma el pelo y que no buscan lo mejor para mis intereses.
La perspectiva jurídica que se cierne sobre nuestro colectivo con esos antecedentes, no puede ser más aterradora. Nos encontramos en medio de la tormenta perfecta, con personas a cargo de nuestra nave que no me ofrecen ninguna confianza y me niego a continuar en esa situación.
No entiendo como me pueden decir que es un tema de dinero, ya que pagamos una de las cuotas mas cara de todas las asociaciones del mercado y entiendo que la conflictividad de nuestro colectivo, merece que tengamos al mejor despacho de abogados para que nos defienda.
Por otro lado, tampoco he visto que en cuatro años de asociación, mis derechos o situación hayan mejorado ni un ápice, antes bien, pienso que estoy peor que antes. Mucha reunión en el Consejo y mucha tontería, pero ahí tenemos la modificación de la Ley de la Carrera Militar y, conclusión, peor que antes.
Mi decisión ha sido sencilla, me voy a dejar de intermediarios y sindicalistos y voy a contratar mis servicios de defensa jurídica y seguro de bajas, directamente con quienes me los vana a prestar. Voy a aprovechar la oferta que ha sacado Suárez Valdés y me voy a dar de alta con ellos, dándome de baja en ASFASPRO, para poder mantener la tranquilidad que este despacho me ha brindado en los últimos años y seguir teniendo el mejor servicio jurídico, para cuando me vengan mal dadas.
Te recomiendo que te informes, no sea que cuando tengas necesidad, te lleves un susto. Un abrazo.«