China se enoja por presencia de buque militar de EEUU cerca de islas disputadas

El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, advirtió la noche de este este lunes a Estados Unidos por el envío de un buque militar a las aguas de varias disputadas islas en el archipiélago Spratly, una zona del Mar de China Meridional que se disputan varios países de la zona.

Wang dijo que Washington no debería «crear problemas de la nada», en referencia a la a presencia del destructor lanzamisiles USS Lassen, escoltado por aviones de vigilancia de la Marina de EEUU, dentro de las doce millas náuticas que rodean al arrecife Subi, en las islas Spratly, cuya soberanía se disputan China, Taiwán, Vietnam y Filipinas.

«Estamos comprobando este asunto. Si es cierto, recomendamos a EEUU que se lo piense dos veces antes de actuar», afirmó Wang en respuesta a una pregunta durante un seminario celebrado hoy en Pekín, y citado por la agencia oficial de noticias Xinhua.

El ministro chino instó a Washington a «no actuar de forma imprudente y a no crear problemas de la nada».

Más temprano, un funcionario estadounidense que había exigido el anonimato declaró que el destructor se acercaría a menos de 12 millas de las islas artificiales, con el riesgo de suscitar el enojo de Pekín.

China considera como aguas territoriales la zona de 12 millas marinas alrededor de esas islas, construidas sobre islotes que apenas afloran a veces del archipiélago de Spratleys.

Pero Washington rechaza esta reivindicación por estimar que se trata de un hecho consumado y que China no tiene derecho a fijar su soberanía sobre esas aguas estratégicas.

«Operamos habitualmente en el Mar de China meridional y navegaremos en aguas internacionales cuando así lo dispongamos», indicó el funcionario estadounidense.

Durante este año, varias imágenes por satélite divulgadas desde Estados Unidos han mostrado que China ha construido auténticas islas artificiales en algunos islotes y arrecifes de la zona.

El arrecife Subi, situado a 16.15 millas (26 kilómetros) de territorio filipino, permaneció durante gran parte del tiempo sumergido bajo la marea hasta que China inició un proyecto de drenado y construcción en 2014 y lo convirtió en una de sus islas artificiales, con capacidad para funcionar como pista de aterrizaje.

Pekín ha justificado estas actividades diciendo que ha construido faros y otras instalaciones para ayudar a la seguridad de la navegación, en asunción de sus responsabilidades internacionales.

Estados Unidos y otros países del Sudeste asiático temen un golpe de fuerza del gigante chino para asegurarse el control sobre una de las rutas marítimas más estratégicas del planeta.