Condenan a un militar por tirar a la A-6 un contenedor en una protesta minera

Vestía su uniforme de camuflaje, botas militares y pasamontañas verde del Ejército, cuando arrojó un contenedor a la A-6 junto a otros miembros de un piquete minero y puso en peligro la integridad de una conductora que circulaban por la autovía en septiembre del 2010. Así lo considera probado la sentencia del juzgado de lo Penal de Ponferrada que acaba de condenar en primera instancia a un soldado profesional natural de Fabero —el joven de 26 años A.R.R.— a nueve meses de prisión por un delito contra la seguridad vial. La sentencia aún no es firme y el militar, que no ingresaría en la cárcel por carecer de antecedentes penales y ha negado su participación en el suceso, ha recurrido a la Audiencia para evitar su expulsión del Ejército.

Ocurrió el 8 de septiembre del 2010, durante la penúltima huelga minera. La sentencia que firma el juez decano de Ponferrada, Óscar Hernáiz —la primera condena contra un integrante de un piquete en el Bierzo— considera probado que aquel día, sobre las 20.30 horas, A.R.R. participaba en una protesta minera en San Román de Bembibre, donde se habían producido enfrentamientos con las unidades antidisturbios, «cuando en compañía de otras personas no identificadas, empujó un contenedor de basura hasta el puente de acceso a la carretera LE-463 que une las localidades de Bembibre y Toreno y desde allí lo arrojó a la autovía A-6, obstaculizando completamente el carril derecho del sentido a Madrid, obligando a una conductora a realizar una maniobra brusca para sortearlo, generando un riesgo para los usuarios de la vía y para los agentes de la autoridad que tuvieron que acceder a la calzada para retirar el contenedor y despejar el paso».

Pasamontañas en verano

La sentencia a la que ha tenido acceso este periódico también considera probado que A.R.R, «vestía su uniforme completo de camuflaje del Ejército, calzando igualmente botas militares, y ocultaba su rostro con un pasamontañas verde, siendo distinguido e identificado por su singular vestimenta por varios agentes de la Guardia Civil que presenciaron el arrojamiento (sic) del contenedor». El fallo relata que agentes de paisano siguieron durante una hora al militar «en un vehículo camuflado y sin perderle de vista en ningún momento» para detenerle, en cuanto se disolvió la protesta y se quedó solo.

En declaraciones del Soldado, este indica:

El soldado de Fabero, que ha participado en la misión española en Afganistán y ha visto cómo el proceso le impedía ser destinado de nuevo al extranjero, reconoció durante el juicio que participó en la manifestación de protesta, pero negó haber arrojado el contenedor a la A-6. El soldado argumentó que no tiene fuerza suficiente cómo para empujar un objeto tan pesado, pero el juez asegura que otras dos personas sin identificar le ayudaron y el joven, alto en buena forma física «cuenta con dotes y cualidades físicas destacadas, admitiendo el propio acusado que practica y compite en deportes de resistencia», como pruebas de ultrafondo.

La condena se apoya en indicios, como el testimonio de los agentes de la Guardia Civil que detuvieron al acusado una hora después, o que no supiera explicar por qué llevaba el pasamontañas del Ejército en un día caluroso de septiembre.

El Ejército, según se puso de manifiesto durante el juicio, ya expedientó al soldado por usar su uniforme en un protesta laboral, en apoyo a sus familiares mineros. En caso de que el fallo se confirme, el condenado, y aunque no ingresara en prisión, perdería su condición militar durante cinco años porque el Ejército no admite a soldados con antecedentes penales en su filas. Para cuando se eliminaran los antecedentes, transcurridos, cinco años, el condenado ya tendría 31 años y su reingreso en la carrera militar se antojaría difícil.

Fuente: El Diario de León