El Rey impone la corbata de la Laureada Colectiva al Regimiento Alcantara

El Rey Don Juan Carlos ha impuesto esta mañana en el Palacio Real la corbata de la Laureada Colectiva al estandarte del Regimiento de Caballería Alcántara, la máxima condecoración al valor en acción de guerra, con la que se reconocen sus acciones entre el 21 y el 23 de julio de 1921, cuando el Regimiento protegió la retirada de las tropas españolas destacadas en el norte de Marruecos para defender los territorios del Protectorado ante los rebeldes rifeños, bajo el mando de Abdelkrim.

«Es algo único, que hace 60 años que no pasa y que es probable que no vuelva a pasar». Estas palabras, de uno de los oficiales de caballería en activo más antiguos del Ejército de Tierra, reflejan la importancia del acto que se ha celebrado hoy en Madrid, en el que se ha reconocido una acción, más de 90 años después de los hechos, en la que el Regimiento Alcántara perdió casi 550 hombres. Por ella, el Regimiento luce en su estandarte, a partir de hoy, una corbata en la que se lee «Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14 de Caballería, Annual, 1921».

La concesión de la corbata implica que el Regimiento acceda a la Real y Militar Orden de San Fernando, que ha estado presente en la formación con 24 banderas o estandartes que tienen al menos una corbata de la Laureada Colectiva o de la Medalla Militar Colectiva. Entre ellos, la Guardia Real, que tiene 7 corbatas Laureadas, el Regimiento de Caballería Farnesio 12, que tiene cuatro, y los Regimientos de Artillería de Campaña 20 y de Infantería Príncipe 3, que tienen tres corbatas Laureadas cada uno.

El Rey ha impuesto la corbata en el estandarte, con todo el Regimiento formado en el Patio de la Armerías del Palacio Real, 59 años después de la concesión de la última Laureada colectiva y, posteriormente, se ha celebrado el homenaje a los caídos por España, en la que un piquete de cabos y soldados, ataviados como en julio 1921, han portado una corona de laurel, un casco de la época y un caballo del diestro, en memoria del jinete caído. Las dos tribunas de invitados, en las que había representación de familiares de los militares del Alcántara y autoridades civiles y militares, han cantado al unísono «La muerte no es el final», en uno de los momentos más emotivo de la jornada.

En el acto han estado presentes la Reina Doña Sofía, los Príncipes de Asturias y la infanta Elena; los ministros de Defensa, Pedro Morenés; de Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Agricultura, Miguel Arias Cañete, además de los presidentes del Congreso y el Senado, Jesús Posada y Pío García Escudero. También ha acudido el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, cuyo tío abuelo, Juan García-Margallo y Cuadrado, era capitán del Regimiento Alcántara en 1921 y murió durante la acción que hoy se ha reconocido. El presidente del Gobierno no ha podido acudir porque esta mañana ha recibido en el Palacio de la Moncloa al vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn.

El coronel Juan Luis Sanz y Calabria, jefe del Regimiento Alcántara, ha resaltado el «gran honor» que es para el regimiento recibir la corbata de la Laureada, por una acción en la que ni los mandos ni la tropa «esperaba ninguna condecoración». La concesión de la Laureada demuestra que «España siempre reconoce a sus héroes», dijo el coronel, que insistió en que mientras los valores de la Caballería sigan inculcándose se sabrá por qué se la conoce como «el arma del sacrifico».

El acto encaró su recta final con un desfile en la calle Bailén, en el exterior del Palacio Real, en el que el grupo de Honores de la Guardia Real, formado por la Compañía «Monteros de la Espinosa», del Ejército de Tierra; la Compañía «Mar Océano», de la Armada; y la Escuadrilla «Plus Ultra», del Ejército del Aire, además de una compañía de la Guardia Civil, una escuadra de Gastadores, la unidad de Música de la Guardia Real y un grupo de artillería remolcada, rindieron honores al Regimiento, que concluyó la ceremonia desfilando ante el Rey.

Fuente: Atenea Digital