Fin de ciclo de aislamiento

Si en algo están cambiando los tiempos, es en el aislamiento que sufrían los militares. Las asociaciones profesionales de las Fuerzas Armadas, estan cambiando eso y mucho más, eso si con miles de trabas y «zancadillas» por parte del departamento, pero siguen avanzando. Hastiados de que los únicos interlocutores válidos ante los partidos políticos fuesen los altos cargos militares se han volcado en estas elecciones del proximo 20 de diciembre a contarle «su verdad» a los partidos políticos. A contarles que ni las estadísticas militares de efectivos, ni los presupuestos, ni el estado de nuestras Fuerzas Armadas es el que les cuentan quienes «viven de esto» y tienen que salvaguardar las apariencias de su gestión. Efectivos sobredimensionados en unas escalas y paupérrimos en otras, partidas presupuestarias encubiertas en otros ministerios para desviar el foco sobre el gasto real del departamento y finalmente una ley que ha sido cercenada constantemente desde su publicación, la LODDFAS – Ley Orgánica de Derechos y Deberes que entro en vigor en el año 2011, colman el vaso.

Curioso sin duda que haya debido ser una resolución judicial la que haya obligado finalmente a respetar un derechos fundamental como la «inviolabilidad del domicilio«,  publicada en dicha ley Organica, para que una capitana despistada que se «encabezonó» en husmear en la habitación de «un soldado» recapacitase. Hé aqui el problema, la falta de respeto hacia los empleos inferiores, hacia la valía de cada engranaje presente en las Fuerzas Armadas. Transcurrida mas de una decada desde el fin del servicio militar, muchos siguen añorando esa «impunidad«, esa alegria con la que se vulneraban derechos fundamentales de los ciudadanos de uniforme sencillamente porque estaban uniformados y tenían un empleo inferior al de ellos. ¡ Eso se ha terminado!.

Actualmente, los militares de uniforme, de cualquier escala Oficiales, Suboficiales y Tropa pelean en los tribunales contra quienes vulneran sus derechos mas elementales y ganan. Ello conlleva un perjudicio de credibilidad para las Fuerzas Armadas, donde se arresta y se hacen las cosas «a tontas y a locas«, pero en la que equivocarse al mando le «sale gratis«, porque paga «Papa Estado«. Para evitar eso, muchos militares ya no acuden a pleitear contra «Papa Estado» sino contra el ciudadano que en su trabajo vulneró sus derechos fundamentales y le exigen que pague através de su patrimonio personal el agravio cometido y ya decidirán los tribunales quien tiene la razón.

Pues bien las AA.PP. se han lanzado finalmente a corregir ese deficit de respeto, legalidad y representatividad, conscientes de que los «politicos nos metieron en esto y ellos nos deberan de sacar«. Llegó el fin de que los empleos superiores velen por los intereses de sus subordinados, quedando demostrado que solo miran por sus propios intereses y los de «su escala«, si son afines. El último ejemplo pudo verse en la ampliación de plazas para los Militares de Complemento; a penas mil efectivos; que gozan este año de una subida considerable de plazas para lograr una integración encubierta. Mientras para el resto de escalas, lo de siempre «palos» y como ejemplo de ello el endurecimiento de las condiciones de trabajo de las Asociaciones Profesionales, que ha forzado a AUME a comunicar que abandona ese foro inexistente de debate en el que se tratan las leyes de personal, que por ley les compete, pero que no deja de ser el mismo monologo año tras año, entre los evolucionistas y los involucionistas.

Los partidos políticos han visto el estrecho margen en el que se mueven y arañan donde pueden, si los altos mandos militares representan una cifra de 25.000 posibles votos con sus familias, las escalas de suboficiales y tropa alcanzan la nada desdeñable cifra de 105.000 votos sin contar con sus familiares; un buen pellizco al que ningún politico en su sano juicio renunciaría; y por eso se han reunido con todas las asociaciones.Unas anhelando que sus propuestas se vean reflejadas en los programas políticos en las que poder «sacar pecho» ante sus afiliados diciendo «veis nosotros somos la referencia«, otras simplemente con la intención de ser oidas. Lejos queda aun la posibilidad de presentar un frente común que permita disponer de un representante de la voz de los militares reales en el parlamento con voz propia, por egoismo de unos y otros. Al igual que tan lejos queda una mayor afiliación a esas mismas asociaciones,  a quienes están llamados a ser el legítimo altavoz de dichos militares para alcanzar mayores derechos dentro de las Fuerzas Armadas. Ya que entre precariedad laboral, miedo a ser señalado como «sindicalista» y desgana, los militares de las escalas de suboficiales y tropa se mueven como «zombies» de una pelicula de terror.

Pero algo si ha cambiado. Las asociaciones y muchos militares finalmente se han dado cuenta que no vendrá ningun «salvador» a liberarlos, ni ningún «paladín» luchara por sus derechos y por ello se han lanzado a por los politicos, originadores de sus agravios y como consecuencia de su posible subsanación, ello nos lleva a un «fin de ciclo».

Manuel J. Pérez

Director EDM