Infantes de Marina en combate (III)

Juan_ChicharroA partir del año 2008 la Unión Europea estableció la Operación Atalanta para contribuir a la disuasión, prevención y represión de la piratería en las aguas del Océano Índico frente a las costas de Somalia.

Desde esa fecha infantes de marina procedentes de la Fuerza de Protección de la Armada y de la Fuerza de Guerra Naval Especial han constituido, y constituyen, la punta de lanza, la fuerza actuante “in situ” de nuestros buques allí destacados en coordinación estrecha con los helicópteros embarcados del Arma Aérea de la Armada.

El “modus operandi” viene a ser fundamentalmente el siguiente: detectada una posible acción de asalto por piratas se lanza a los infantes de marina en embarcaciones rápidas y helicópteros, se ataca y se detiene a los mismos.

Sin embargo no debemos olvidar que el precedente más inmediato al desencadenamiento de esta operación concreta fue la ejecutada por la Unidad de Operaciones Especiales del Tercio de Armada – base y germen de la actual Fuerza de Guerra Naval Especial – en el asalto al buque coreano So Shan el 2 de diciembre de 2002. Una operación dirigida y lanzada desde los buques “Patiño” y la Fragata Navarra en la que los infantes de Marina desembarcando desde un helicóptero asaltaron y capturaron dicho buque en una delicada y difícil operación con gran eficacia. Allí descubrieron el transporte ilegal de misiles que dicho buque llevaba a bordo.

Por otra parte no cabe duda que el suceso más conocido por la opinión pública es el del pesquero “Alacrana” en el año 2009. Este pesquero fue secuestrado por piratas somalíes y su tripulación maltratada y vejada, como es bien sabido.

Desde el momento en el que se tuvo constancia de su captura se alertó y trasladó a zona un equipo de la Fuerza de Guerra Naval Especial ( FGNE ), de la Infantería de Marina, con la misión de estar listos a la orden para liberar al buque y tripulación de ser así ordenado. Dada la orden de activación, la unidad – que se encontraba en Cartagena – fue trasladada en un avión del Ejército del Aire y lanzada al Océano Índico a la vieja usanza. Esto es en paracaídas, donde fueron recogidos del mar por la Fragata española Canarias”. Una acción seguramente única en los anales de nuestras FAS.

Desde ese buque vivieron con vilo todas las vicisitudes de las larguísimas negociaciones entre el Gobierno español y los secuestradores, siempre listos para intervenir a la orden.

No fue necesario el asalto – algo para lo que estaban bien preparados y decididos – pues el Gobierno español prefirió simplemente pagar y evitar la acción militar, al contrario de lo que decidieron hacer en casos similares norteamericanos o franceses.

No es probablemente tiempo todavía de desvelar los pormenores de las órdenes recibidas por la unidad en los momentos finales del rescate. Algún día se sabrán para sonrojo de más de uno y no precisamente de los marinos e infantes de marina allí destacados.

Acostumbro a ver los noticieros de France 24 – buena costumbre para mantener el idioma – y debo manifestarles mi sorpresa mayúscula cuando, un día del año 2012, oí y vi en el telediario del mediodía que el presidente Sarkozy había llamado personalmente al presidente Zapatero para darle las gracias por la intervención armada de infantes de Marina españoles que había permitido liberar a una ciudadana francesa llamada Evelyn Colombo secuestrada por piratas somalíes. Y digo sorpresa pues apenas había trascendido nada de este hecho en nuestros medios tanto los oficiales como los oficiosos.

¡Tiene castañas tener que enterarse de noticias así por medios extranjeros!

Divulgada así la noticia – yo la vi en la BBC y en France 24, no en la TVE- es entonces cuando sabemos de la valerosa y arriesgada acción de nuestros soldados quienes con riesgo de su vida atacaron a los somalíes y liberaron a la francesa.

Cedo la palabra al Capitán al mando del equipo de la Fuerza de Guerra Naval de la Infantería de Marina:

“Dos días después de que Evelyn Colombo fuera secuestrada y su marido ejecutado en el ataque se detectó la presencia de un contacto sospechoso. Uno de nuestros helicópteros localizó muy meritoriamente a la embarcación en cuestión. Los piratas mostraron como escudo humano a una mujer blanca de mediana edad a la que encañonaron. El helicóptero fue capaz de colocar a mi tirador en el lugar adecuado y éste fue capaz mediante disparos casi imposibles darle a los motores y parar el esquife. Mientras esto sucedía dos de nuestras embarcaciones se aproximaban a la embarcación pirata momento en el que recibimos intenso fuego de AK 47 de los piratas. Devolvimos el fuego .A los pocos segundos, el esquife embarcó en una gran ola y volcó. Todos cayeron al agua. Los de mi equipo nos lanzamos al agua y rescatamos a Evelyin trasladándola al Galicia. El equipo de mi Teniente, en plena noche y con mar gruesa, todavía fue capaz de permanecer allí y sacar del agua a los piratas que nos habían disparado”.

Así es como de forma tan sencilla este infante de marina describe lo que ciertamente fue mucho más complicado y arriesgado de lo que él humildemente dice.

¡Qué grandeza la de estos soldados!

Por esta acción más que meritoria el Capitán al mando recibió la recompensa militar adecuada teniendo además el honor de que se la impusiera en su día el entonces Príncipe de Asturias, hoy Felipe VI.

No ha sido ésta la única acción militar llevada a cabo por infantes de marina en aguas de Somalia. Al igual que en Afganistán, Bosnia o en el Líbano son bastantes más y desconocidas. Citaré algunas sin mucho más detalle:

En el 2012 fueron cuatro y tuvieron como objetivos los barcos, Ob Al Qadi, Jelbut 27, Orna, y Albedo.

En el 2013 la operación Anglier fish.

Y en el 2014 la operación Mahe-Bossaso.

Hasta el momento son más de 500 los infantes de marina los que han operado en aguas de Somalia, muchas las horas y muchos los días allí destacados; sin embargo y al igual que ha sucedido en Afganistán no parece que el reconocimiento oficial – me refiero a recompensas que por extraño que parezca es la honrada ambición del militar – esté acorde con estos sacrificios; especialmente cuando hay momentos en los que la vida está en riesgo y les aseguro que son muchos.

Cuando escribo estas líneas aún permanecen en la zona infantes de marina españoles llevando a cabo cometidos muy similares a los que sus ancestros en tiempos pasados estaban acostumbrados.

La infantería de Marina tal como decía en el primero de estos tres artículos, – dedicados a dar a conocer al lector no especializado lo que hacen sus soldados en nuestros días – es una fuerza pequeña pero extremadamente especializada, polivalente y muy apta para las operaciones que el peligroso y globalizado mundo de hoy requiere de nuestras Fuerzas Armadas.

Sin duda la reorganización en marcha que el Estado Mayor de la Defensa está llevando a cabo de nuestras FAS tendrá en cuenta estas características de una fuerza única y tan ligada tradicionalmente a nuestra historia militar desde 1537. Hablaremos de esto en el próximo artículo

Fuente : Republica