Juan Chicharro «Militares hablan»

Juan_ChicharroEn el transcurso de los últimos días se han realizado algunas declaraciones de militares de prestigio sin mayor alcance que el que algunos le han querido dar.

En ninguno de los casos puede desprenderse de las mismas que se hayan transgredido, en absoluto, los límites que la Ley determina respecto al derecho a la libertad de expresión del colectivo militar.

Ninguno de los militares ha expresado nada que afecte a la seguridad ni, desde luego, se han adoptado posiciones partidistas en ningún caso.

No obstante, no han faltado voces que prontas a saltar en cuanto es un militar el que habla, truenan alegando que se rompe la neutralidad política a la que el militar se debe.

No es esta la primera vez en la quien suscribe quiere matizar el extendido error conceptual de lo que muchos entienden por neutralidad política.

Una cosa es la necesaria prudencia a la que se debe todo aquel que ejerza un cargo de responsabilidad, y otra muy distinta el permanecer indiferente ante hechos que supongan una ruptura de la legalidad constitucional.

El militar ha jurado guardar y hacer guardar la Constitución, y por lo tanto, alegar que se rompe la neutralidad política cuando se proclama lo que establece la norma suprema de nuestra convivencia respecto, por ejemplo, a las misiones que la propia Constitución asigna a las Fuerzas Armadas, es simplemente una falacia.

Dicho de otra forma, la salvaguarda de la unidad nacional no es un interés partidista, y si defender la unidad de España supusiera romper la neutralidad política a la que se debe el militar, me temo que habríamos caído en un delirio de salud mental.

Por otra parte, oigo decir que las FAS no son garantes de nada, lo que me produce una cierta confusión, toda vez que al repasar la Constitución observo que sus misiones están recogidas en el Título Preliminar, es decir, en la parte dogmática de la misma y donde se plasman los principios constitucionales.

Alegan algunos que, al igual que en otras Constituciones, habría sido más adecuado situar a las FAS en otro apartado diferente y no seré yo quien discuta esta difundida opinión, pero lo que hay es lo que hay, y lo escrito escrito está. ¿O no?… En fin…

“Militares hablan” es el título de este artículo y, por ello, reitero que hoy en España, cuando un militar habla, caen truenos y rayos, si bien en esta ocasión, por fortuna para ellos, la muerte de la Duquesa de Alba, el ingreso en prisión de la Pantoja o la irrupción del pequeño Nicolás en el poderoso reino de la comunicación ha desviado la atención de los denominados “medios”.

Al mismo tiempo hay quien mantiene que son hechos no habituales en las democracias consolidadas de nuestro entorno. Ahora bien, ¿es esto realmente así?

¿Se imaginan Vds., que, por ejemplo, un grupo de Oficiales Generales, si bien en la reserva o retiro, dirigiera una carta conjunta al Congreso de los Diputados poniendo en duda la gestión del Gobierno respecto a la política de Defensa o a medidas que afectasen a la seguridad de la nación? Yo francamente no, y, de ser así, ya me imagino el revuelo consiguiente.

Pues bien, el pasado día 12 de noviembre, 101 almirantes y generales de la Armada de los EEUU dirigieron una carta conjunta al Congreso expresando su preocupación por las carencias del presupuesto de Defensa y el riesgo que esto representaba para la seguridad de los EEUU y del planeta.

Pues parece que en otros lugares del mundo desarrollado, los militares, parte importante de la sociedad, sí que opinan cuando se considera que la seguridad de la nación está en riesgo.

¿Será tal vez porque los EEUU no constituyen una democracia consolidada? Ciertamente no.

El tema en cuestión da para mucho más que lo que estas breves líneas pueden expresar, pues ello obligaría a analizar la relaciones civiles-militares los EEUU. Relaciones que son objeto de intensas polémicas desde siempre y agudizadas en los últimos tiempos como consecuencia del tremendo impacto que produjo en los militares americanos la guerra del Vietnam, así como el concepto de guerra limitada y la intromisión civil en las operaciones militares en Irak o Afganistán.

Pero los hechos son los que son y nos demuestran que sí existen países de nuestro entorno donde los militares hablan y nadie se rasga las vestiduras.

Yo no sostengo que, en situaciones de normalidad democrática, las Fuerzas Armadas se erijan en el poder tutelar de nada ni garantes de ninguna esencia, pero la teoría política nos dice que un régimen democrático está consolidado cuando todos los actores sociales, en todo el territorio del Estado, están sujetos a la resolución de los conflictos dentro de las leyes establecidas.

¿Es éste el caso de España hoy? Un simple vistazo a lo que vemos todos los días me inclina a pensar que no y es así y ¿qué? nadie debería asustarse por el hecho de que algún militar lea o simplemente recuerde lo que dice la Constitución española.

Fuente: Republica