Juan Chicharro: «Negociaciones Israel Palestina»

Juan_ChicharroDesde hace ya demasiado tiempo Oriente Medio es un polvorín. Una guerra tras otra sin cesar: Irak, Siria, el contencioso nuclear con Irán, el Líbano… etc. Y siempre como telón de fondo el problema palestino. Occidente se empeña una y otra vez en intentar establecer las condiciones para resolver este conflicto. En fechas próximas, una vez más y merced a las gestiones de la diplomacia norteamericana se reunirán representantes de Israel y Palestina. Unas negociaciones interrumpidas hace tres años y de las que el Secretario de Estado de los EEUU John Kerry ha anunciado su reanudación.

No son pocas las voces, no obstante, que se empeñan en la inutilidad de las mismas; y ello porque afirman que parten de los mismos conceptos de los últimos acuerdos del Tratado de Oslo de 1983. Así, no parece que de la parte de Israel se observen distintos puntos de partida por lo que a la Cisjordania se refiere y a la franja de Gaza, razón por la que cabría preguntarse el porqué acepta Israel, entonces, entrar en estas conversaciones. La primera respuesta a esta cuestión es la presión norteamericana de que siempre es mejor hablar que no hacerlo y pienso que es una postura acertada. Sin embargo, quizás sea más preciso pensar o creer que Israel teme la posición de la Unión Europea de no continuar con la cooperación y el apoyo que le proporciona ésta si no se aborda el asunto de las colonias israelíes establecidas en los territorios ocupados. Así, es posible que Netanyahu haya pensado que antes de perder esa cooperación es mejor hacer la pantomima de unas negociaciones con los dirigentes palestinos que perder la cooperación de la Unión Europea.

Analistas del conflicto prevén que estas negociaciones que se van a emprender no van a cambiar nada.

Los palestinos pretenden que las autoridades internacionales reconozcan formalmente todos los derechos que según ellos les asisten y que Israel sea condenada por la ocupación, que Europa sea consciente de este hecho y que de no ser así nos encontraremos ante la posibilidad de una nueva insurrección general. Una nueva Intifada. Para evitar esta situación es por lo que tanto Israel como los EEUU acceden y promueven las negociaciones, que hay quien las ve como el diálogo por el diálogo y nada más. Y esto es así, pues es evidente y conocida la postura israelí de que Jerusalén es parte integral de Israel y nada más; que no permitirán jamás el regreso de los refugiados palestinos a sus lugares de origen y que la Cisjordania es y será parte de Israel; si bien, al menos, aquí afloran algunas posturas algo más flexibles pero no demasiado.

O sea, estamos igual que hace veinte años cuando se firmó el Tratado de Oslo.

Como vemos, posiciones muy alejadas para suponer acuerdo alguno de facto que dé solución al contencioso.

Y no conviene olvidar que los dirigentes palestinos no se encuentran de ninguna manera solos como cabría quizás pensar. Desde siempre, y hoy también, el movimiento islámico global mantiene posturas muy claras al respecto. Apoyan sin fisuras las reivindicaciones palestinas en su totalidad. Movimiento encabezado por los “hermanos musulmanes” desde su creación. Y aquí entran en liza contradicciones como las que se están dando en Egipto toda vez que la postura del presidente Obama al respecto no se ve con buenos ojos desde Israel. Es mucha la fuerza de este movimiento en Egipto y sin embargo a pesar de haber sido separados del poder por el reciente golpe militar, los EEUU no acaban de apoyar decididamente al actual gobierno militar en su tarea de erradicarlos.

Sin duda esta situación afecta sobremanera a las negociaciones que se prevén entre israelíes y palestinos.

En definitiva estoy en la idea de que siempre es mejor buscar soluciones por la vía del diálogo que otras pero cuando uno se empeña que algo es negro y seguirá siéndolo, le guste al otro o no, pocas soluciones cabe vislumbrar.

Es una posición pesimista, sin duda, pero fruto tan sólo de la observancia inamovible de las posturas.

Fuente: Republica