Los musulmanes conversos Michael Adebolajo y Michael Adebowale se sentaron hoy en el banquillo juntos por primera vez, acusados del asesinato en mayo del soldado británico Lee Rigby en una calle de Londres. Los dos acusados, que el pasado 27 de septiembre negaron los cargos por videoconferencia, comparecieron en el tribunal penal Old Bailey de la capital británica, mientras en el exterior algunos manifestantes de extrema derecha expresaban su protesta y los medios británicos apenas se hacían eco de la noticia.
El tribunal decidió hoy aplazar este juicio hasta el próximo jueves, al término de una audiencia preliminar en la que sólo hablaron para confirmar sus identidades. Adebolajo, de 28 años, y Adebowale, de 22, están acusados del asesinato del soldado, de 25 años, cuando volvía a su cuartel en el barrio de Woolwich tras trabajar en la Torre de Londres, de intentar matar a un policía esa misma jornada y de conspirar para acabar con la vida de otro ese día o anteriormente, así como de posesión de armas de fuego.
Los dos sospechosos, británicos de origen nigeriano convertidos al Islám, han solicitado al tribunal que se dirija a ellos por sus nombres musulmanes: Adebolajo como Mujaahid Abu Hamza y Adebowale como Ismail Ibn Adbulah.
Rigby -oriundo de Middleton, en Manchester (norte de Inglaterra)- fue apuñalado el pasado 22 de mayo a plena luz del día en Woolwich, en el sureste de Londres, en un suceso que conmocionó al Reino Unido.
Según lo que se sabe hasta ahora, los acusados habrían embestido al militar con un coche y posteriormente le apuñalaron y le situaron en la carretera.
Uno de los sospechosos, Adebolajo, fue grabado por viandantes con las manos ensangrentadas y empuñando un machete mientras justificaba el crimen por la matanza de musulmanes por parte de las tropas británicas en países como Afganistán e Irak.
Los dos presuntos islamistas se quedaron en el lugar de los hechos hasta que llegó la policía, que disparó cuando los sospechosos, armados, intentaron abalanzarse. Adebolajo resultó herido de más gravedad y estuvo ingresado varios días en el hospital, donde ambos fueron formalmente arrestados. Otras ocho personas han sido detenidas en relación con este caso, de las cuales seis han sido liberadas bajo fianza y otras dos han sido puestas en libertad sin cargos.
Rigby, miembro del segundo batallón del Real regimiento de fusileros, había servido en Chipre, Alemania y Afganistán antes de ser destinado al cuartel de Woolwich para un puesto de reclutamiento y de asistencia en la Torre de Londres. El soldado, que murió de «múltiples heridas incisivas», según la autopsia, llevaba una sudadera de la organización no gubernamental de apoyo a las Fuerzas Armadas «Help for Heroes» cuando fue brutalmente asesinado en presencia de varios testigos.
Su muerte, que fue condenada unánimemente por representantes de todas las religiones del Reino Unido, suscitó una oleada de delitos antimusulmanes, como la quema de mezquitas, y una mayor actividad de la extrema derecha. «Help for Heroes» se desmarcó de grupos extremistas como la Defensa de la Liga Inglesa, que protagonizó varias manifestaciones violentas en Inglaterra y recaudó fondos para la entidad, al tiempo que el Ejército advirtió a sus miembros de no alinearse con organizaciones políticas.
Los dos sospechosos eran conocidos por los servicios secretos -Adebolajo había sido detenido en Kenia en 2010 y en 2006 por una protesta en Londres, tras lo que fue liberado sin cargos- que no les había considerado como de máximo riesgo. Rigby, quien se había separado de la madre de su hijo y estaba prometido, fue recordado en un funeral militar el pasado 12 de julio al que asistieron el primer ministro británico, David Cameron, y el alcalde de Londres, Boris Johnson.
Fuente: La Vanguardia