Los suizos votan sobre obligatoriedad de servicio militar

Ejercito_SuizaLos suizos decidirán el domingo en las urnas si el servicio militar debe seguir siendo obligatorio, una iniciativa de un grupo antimilitarista que tiene pocas posibilidades de prosperar en un país muy apegado a sus «ciudadanos soldados».

El Grupo por una Suiza sin Ejército (GSsA), impulsor de la iniciativa -el nombre que se da en Suiza a las consultas promovidas por los ciudadanos- está formado por socialistas, verdes y feministas y sus detractores le acusan de querer en realidad suprimir directamente el ejército, muy integrado en la vida civil del país.

En caso de supresión del servicio militar, el GSSA propone un sistema de voluntarios que podrían formar un pequeño ejército profesional.

Una alternativa poco creíble, según sus adversarios, sobre todo si se tienen en cuenta las dificultades de los países vecinos para reclutar soldados profesionales, incluso en aquellos donde la tasa de desempleo es muy superior a la de Suiza.

Según un sondeo del 11 de septiembre, el «No» (mantener el servicio militar obligatorio) ganaría con 63% de los votos y habría 6% de indecisos. Se trata de un porcentaje un poco más alto que en el anterior sondeo, que daba al «No» un 57% (8% de indecisos).

En 1989, tras la caída del muro de Berlín, el GSsA consiguió una gran victoria al obtener 35,6% de votos favorables a otra iniciativa que pedía una «Suiza sin armas y por una política global de paz».

Tras dos intentos fallidos en 2000 y 2001, el GSsA intentará de nuevo el domingo convencer a los suizos. El grupo asegura que sólo el 61% de los jóvenes del país cumple con sus obligaciones militares y el resto o bien es declarado «no apto», o paga una tasa para no ir al ejército u opta por un servicio civil.

En julio, el GSsA intentó distribuir folletos durante el torneo de tenis de Gstaad con una foto del tenista Roger Federer que decía: «Roger, 32 años, 1,85 m. Declarado no apto para el servicio militar [..]. Sí a la abrogación del servicio militar. Porque no siempre tenemos tiempo de jugar a la guerra».

La campaña fue un fracaso y a Federer, un icono en Suiza, no le gustó, aunque quedó satisfecho con las disculpas del GSsA.

Por su parte, la oposición sigue movilizada aunque la campaña no ha sido muy seguida por los suizos. Según el comandante del ejército, el general André Blattman, «un ejército de voluntarios es una ilusión» porque no habría suficientes «y los que se presentasen no serían los candidatos ideales». Además «un ejército profesional sólo atraería rambos y mercenarios», según el general.

Todos los grandes partidos, exceptuando el socialista, están en contra de suprimir el servicio obligatorio.

Ueli Maurer, el presidente del gobierno que también ejerce de ministro de Defensa, está también en contra y subraya la necesidad de mantener «la cohesión del país» en estos tiempos «de individualismo e iPhone».

«Para la seguridad del país necesitamos cantidad y calidad, y con voluntarios no tendremos ni calidad y sobre todo tampoco tendremos calidad», dijo el presidente.

El ejército, cuyas fuerzas aéreas lucharon y sufrieron pérdidas importantes durante la Segunda Guerra Mundial para defender la neutralidad del país ante los ataques alemanes, actúa también en las catástrofes naturales o para prevenir atentados. También se ocupa de la seguridad en la cumbre económica de Davos.

Estos «ciudadanos soldados», lejanos herederos de Guillermo Tell, héroe de la independencia suiza, son los únicos del mundo que pueden guardar las armas en su casa y están obligados a practicar regularmente el tiro.

El ejército, que en 1961 tenía 625.000 hombres, superará los 100.000 en 2016, aunque sólo 4.000 de ellos están movilizados permanentemente, lo que les convierte, según Maurer, en «el ejército más pequeño del mundo».

Fuente: TERRA