Los VAMTAC de la infantería de Marina naufragan

«Al bajar de la lancha de desembarco, cuando el agua llegó a la rejilla de ventilación, el vehículo se quedó allí». Así describe un infante de Marina el estropicio que ha sufrido uno de los 14 flamantes VAMTAC S2 que ha recibido este cuerpo para sustituir a los veteranos Hummer de fabricación americana. El relato del infante de marina tiene lugar en la playa de El Retín, en el campo de maniobras cerca de Barbate (Cádiz).

Los VAMTAC forman parte de dos contratos por valor de 20 millones de euros firmados entre la empresa gallega URO y el Ministerio de Defensa para el suministro de 772 VAMTAC. El papel de este todoterreno de combate y blindado (Vehículo de Alta Movilidad Táctica es su nombre) fue muy discutido y criticado en la dura prueba que pasaron las Fuerzas Armadas en Afganistán.

Esta foto del URO varado en una playa circula en círculos militares como ejemplificación de las quejas del Tercio de Armada por los nuevos vehículos. «Los humvees (que es como en la jerga militar se llama al Hummer) no tenían pega alguna en el vadeo. Se cerraba todo bien y mientras no entrara agua en la boquilla superior, andaba. Con estos no se puede, y la finalidad de la infantería de marina es desembarcar, las operaciones anfibias», explica un oficial de este cuerpo. Los infantes de marina también se quejan de que, mientras los Hummer se movían con facilidad en el entorno arenoso de las playas, los nuevos URO necesitan el apoyo de las alfombrillas donde meter la rodada del vehículo.

Estas críticas tiene bastante en común con las que expresaban los veteranos de Afganistán cuando estaban trabajando con estos vehículos. Las averías eran constantes y, según explicaba un mando del Ejército de Tierra, «había que programar las patrullas pensando en que al menos uno o dos VAMTAC se nos iban a quedar tirados». Los VAMTAC fueron sutituídos en la dura misión militar en aquel país por los BMR y posteriormente por otros vehículos con mayor blindaje contra emboscadas y artefactos improvisados. El endeble blindaje de quellos VAMTAC lo hacía desaconsejable cuando la insurgencia afgana comenzó una violenta campaña contra las tropas de la coalición.

A pesar de todo esto, Defensa firmó el año pasado dos contratos con la gallega URO, por valor de 20,2 millones de euros. De los 772 vehículos con blindaje S2 que se han de entregar a la Fuerzas Armadas, 99 serán para la Infantería de Marina, cuyos Hummer –de fabricación norteamericana y que usan los marines estadounidenses– están al límite de su vida operativa. «La capacidad de desembarco es la principal de la Infantería de Marina –explica un oficial del Tercio de Armada–, si no pueden bajar de la lancha con tranquilidad, para esto no sirven. Para misiones en tierra, quién dice que no, pero esa no es nuestra naturaleza».

Fuente: Estrella Digital