MILAGRO EN DEFENSA

Pedro_pitarchMucha tinta para tan poco calamar. Mucho relato y poco análisis. Es la síntesis de lo que cuentan los medios a partir de la rueda de prensa del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), del pasado 28 de enero, sobre el llamado “Proceso de Transformación de la Fuerza”. Han dicho de todo. Hasta valoraciones de quienes, teniendo conocimiento para entrar en el análisis profundo del tema, se han movido en la levedad a pesar de no estar ya sometidos a relación jerárquica alguna. El respeto a los lectores se subordina a no incomodar al “poder constituido”. Priman los réditos espurios, las promociones mercantiles o las suscripciones institucionales.

No voy a insistir demasiado en lo ya dicho y discutido en el post anterior: “REFORMA MILITAR ¿A QUÉ RESPONDE?” Lo dicho lo mantengo. Pero el coro de interrogantes y dudas ha sido bien audible. Desde dentro de las FAS la queja más generalizada es que se hayan tenido que enterar por la prensa de las intenciones “transformadoras”. Desde asociaciones profesionales se ha criticado que tampoco las hayan consultado. Aunque esta última pretensión no parece estar muy clara, porque el Consejo de Personal de las FAS (COPERFAS) no está para esos afanes. Algunos no acaban de despertar de su sueño. Tiene más miga que otros se pregunten por qué la reforma se ha llevado en primer lugar a los medios, en vez de al congreso de los diputados. Quizás es que el Parlamento tampoco esté para esos afanes. Entonces ¿aquí quien está para qué?
Hay quien se pregunta cómo se manda desde Badajoz, en régimen de normalidad, un regimiento de guarnición en San Sebastián. Otros, más “puñeteros” y quizás con sorna, dudan que existan paracaídas para lanzar los caballos. Hay quien, con muy buen criterio, se plantea cómo se puede hablar de reducir, sin simultáneamente abordar seriamente la imprescindible mejora del reservismo. También quien critica la información de un periódico que habló por la Pascua Militar de 10.000 efectivos plenamente operativos. No son muchos, la verdad, pero ya me daría con un canto en los dientes si, comparándolo con la ínfima realidad operativa de nuestros días, pudiéramos garantizar en permanencia ese volumen de personal al 100% de equipamiento, armamento, instrucción y adiestramiento. El presupuesto de defensa no da para mucho más. Y reto a quien quiera a que me demuestre lo contrario. Por cierto, ya va siendo hora de que le pongamos más rigor a los números. Porque hablar simplemente de hombres/mujeres en lista de revista es bastante impreciso. Para el Ejército de Tierra puede dar una idea más aproximada de su potencial. Pero ya puestos, para la Armada y el Ejército del Aire habría que hablar también de buques y/o de aviones, equipados, armados y sostenidos para entender cuál es su verdadero peso. Eso lo sabía muy bien don Joaquín Sánchez de Toca —con cuyo recuerdo abría el post anterior— y quizás también por eso tuvo tan poco éxito como ministro de marina.
Y en eso estaba cuando me llama mi amigo von Horn, a quien los habituales del blog ya conocen. Me dice que “llo no comprende” cómo ha pasado desapercibido el “timing” de la transformación anunciada. Me explica que en la rueda de prensa del JEMAD se dijo que el proceso está en IOC (Initial Operational Capability). Aclaro para los lectores civiles que este término OTAN indica una capacidad mínima para operar con reducidísimo alcance. Don Klaus y yo coincidimos en que eso puede ser creíble. Es la penosa situación de la operatividad actual de las FAS. Pero con lo que ya no traga von Horn es que para el verano de 2.014 se alcanzará la FOC (Full Operational Capability). Ello significa que el objetivo de Fuerza pretendido (Fuerza Conjunta de 15.000+12.000+40.000) se conseguirá en plenitud y en condiciones de ser empleado y sostenido para desarrollar sus correspondientes misiones (que eso es la FOC) dentro de seis meses. Sería un milagro castrense. Y él solo cree en el milagro alemán. A “El Moreno”(sic) —no hay manera de hacerle entender que no es El Moreno, sino Morenés— no le otorga ninguna cualidad sobrenatural. Dice el bueno de don Klaus que si se hubiera dicho simplemente que esa Fuerza Conjunta de 67.000 efectivos, plenamente equipada y adiestrada en consonancia, podría alcanzarla España en un plazo de entre cinco y ocho años, contando con un acuerdo parlamentario que apoyara la correspondiente ley presupuestaria, todavía uno podría darle cierta credibilidad. Realmente, creo que a mi cartesiano amigo alemán no le falta razón. Dentro de seis meses, si quieren, lo comprobamos.
Fuente : Pitarch