Obama anuncia la suspensión de ejercicios militares bianuales con Egipto

mani-egipciaBarack Obama ha anunciado a Egipto la supresión de unos ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos previstos para septiembre. La decisión, que se suma al retraso en la entrega de cuatro aviones F-16, es la primera respuesta contundente contra los militares egipcios por la represión contra los partidarios del expresidente Mohammed Morsi, depuesto en junio en un golpe de estado.

El eje de la alianza entre EE.UU. y Egipto, sin embargo, seguirá intacto. Se trata de la ayuda militar de 1.300 millones anuales que la primera potencia entrega a un país que, durante más de tres décadas, fue un socio imprescindible en el mantenimento de los intereses norteamericanos en la región. Desde el estallido de la llamada primavera árabe en el 2011 y la caída del fiel amigo Hosni Mubarak, la influencia de Washington en el país árabe se reducido.

“Al pueblo egipcio le digo que el ciclo de violencia y escalada tiene que detenerse”, ha dicho Obama en la exclusiva isla de Martha’s Vineyard (Massachusetts), donde pasa las vacaciones, que ha interrumpido brevemente para dirigirse a la prensa. Era la primera declaración del presidente sobre Egipto desde la matanza del miércoles, que ha dejado más de 500 muertos.

“Aunque queremos mantener nuestra relación con Egipto, nuestra cooperación tradicional no puede continuar como de costumbre mientras civiles mueren en las calles y los derechos se limitan», dijo.

El presidente reiteró, como dijo el día anterior un portavoz suyo, que “Estados Unidos condena con dureza” las medidas del Gobierno interino egipcio y de las fuerzas armadas, y manifestó su oposición a estado de emergencia de un mes decretado el miércoles.

Obama recordó que Morsi había sido elegido democráticamente pero que su gobierno fue excluyente. Aunque “la fuerza no es la manera de resolver las diferencias políticas”, la Casa Blanca esperaba que, tras la “intervención militar” que derrocó a Morsi, se allanase el camino para la reconociliación y la democracias.

“En vez de esto –dijo Obama– hemos visto cómo se tomaba un camino más peligroso”. Todos los pasos que los militares egipcios han adoptado en las semanas recientes van en el sentido contrario de las exigencias de la Administración Obama. La capacidad de EE.UU. para presionar está en cuestión.

“América no puede decidir el futuro de Egipto –concluyó el presidente–. Esta es la tarea del pueblo egipto. Nosotros no nos decantamos por una figura o un partido en particular”.

Obama se niega a calificar el golpe de estado contra Morsi de golpe de estado. Hacerlo podría obligarle por ley a suspender la ayuda. EE.UU. no tiene permitido sobre el papel ayudar a gobiernos golpistas, aunque en décadas recientes ha habido excepciones, como el Pakistán de Pervez Musharraf.

La ayuda militar es el principal instrumento para influir en Egipto, el pegamento que ha sellado la alianza desde finales de los años setenta. A cambio, Egipto ha mantenido la paz con Israel y ha facilitado el paso de la Navy por el Canal de Suez. El acuerdo también ha beneficiado a EE.UU. porque el dinero se invierte en la compra de armamento ‘made in USA’, con lo que beneficia a empresas norteamericanas.

No obstante, efectividad de esta ayuda como «palanca» para influir en El Cairo está en duda. The New York Times recuerda hoy en un editorial que el general Abdul-Fata el-Sisi, hombre fuerte de Egipto, ha desoído en días recientes las peticiones de contención del Pentágono y el Departamento de Estado.

Una revisión no es descartable. Obama explicó que ha pedido a su equipo de seguridad nacional que “evalúe las implicaciones de las acciones adoptadas por el Gobierno interno y los nuevos pasos que sea necesario tomar respecto a la relación entre EE.UU. y Egipto”.

Fuente : Lavanguardia