Pedro Pitarch: «LA COLETA DE DON PEDRO»

Pedro_pitarchAyer volví a besar la bandera de España 50 años después de la primera vez. Exactamente en el mismo sitio. En el patio de armas de la Academia General Militar de Zaragoza, donde junto con mis compañeros de la XXIII Promoción, y teniendo por testigo de lujo el batallón de alumnos de la LXXIII promoción, celebramos nuestras bodas de oro profesionales. Fue un acto entrañable, austero y preciso como correspondía a la ocasión. Son muy de agradecer la cariñosa hospitalidad de la Academia y del MADOC. Pudimos remozar nuestra fidelidad a la bandera roja y gualda, que es símbolo de la Patria y de su unidad. Un compromiso que fundamenta y vehicula la función militar al servicio de nuestro pueblo. Esto es, en definitiva, la esencia del idioma militar.
La política, por su parte, tiene su propio idioma: el voto. Todas las otras formas de expresión política no son más que meros dialectos. De ahí la importancia del sufragio para la clase política y su lucha por obtenerlo, mantenerlo, incrementarlo y, si se ha perdido, recuperarlo. No obstante, viene a cuento recordar que muchos políticos, al igual que sucede con los pañales, conviene cambiarlos periodicamente, y por las mismas razones. Otra cosa es cómo hacerlo y, además, evitando esa perversa «puerta giratoria» que es uno de los mayores males de la praxis política nacional.
A solo siete meses de las elecciones autonómicas y municipales, el nuevo Secretario General del PSOE, don Pedro Sánchez (para los amantes de las siglas, el SEGENPSOE), está en plena campaña de promoción personal para intentar recuperar el voto perdido por su partido. Lo entiendo. Es más, lo veo necesario. Porque en España, donde las fuerzas políticas centrífugas campan por sus respetos, últimamente con especial virulencia (y que nadie tome esto como una invitación para introducir el monotema), se necesitan al menos dos partidos de fuerte implantación nacional que garanticen una razonable alternancia en el gobierno de la Nación. Esta sufrida España que, día sí y día también, se despierta con el cañonazo de nuevos escándalos choriceros que alcanzan a casi todos. Ya sean, entre otros, la casa real, los partidos políticos, la patronal o los sindicatos.
Pero mira que es casualidad que, en la misma mañana de ayer en que nosotros renovábamos nuestro fundamental compromiso con la defensa de España, un diario de tirada nacional publicara una entrevista a don Pedro Sánchez. Y que en tal entrevista el líder oficial socialista declaraba que “sobra el Ministerio de Defensa”. No es pequeña la perla, y ya son varias seguidas. Una columpiada que ni doña Irene Lozano, de UPYD, se atrevería a exhibir en público. Y no niego que con tal alarde de bisoñez de don Pedro, éste quizás pueda suscitar, por un lado, un puñado de votos. Pero también creo que en el mismo instante los pierde por el otro lado. Ni siquiera creo que haya ganancia neta.

Modestamente, me atrevo a manifestar al Sr. Sánchez que esas cosas no se dicen desde una responsabilidad política como la suya. Que por ese camino no llegará muy lejos. Entre otras razones porque esa vereda —que diría don Pepe Terrero—, ya está abarrotada de sujetos que dicen cosas similares, porque conocen su alejamiento de cualquier expectativa de gobernar en un futuro previsible. Asimismo, me atrevería a sugerirle que hablara con su compañero de partido, don Diego López Garrido —quien ya está de vuelta de tantas cosas—, para enterarse un poco de las necesidades y sensibilidades de la defensa desde el punto de vista político.También recomendaría al SEGENPSOE el cambio de asesores de imagen, y que se hiciera con los de su compañera de ejecutiva, doña Carmen Chacón. Es seguro que los de ésta son los que, en su partido, mejor saben lo que es promocionar cualquier cosa. En resumen, don Pedro, evite que le siga creciendo la coleta. Y, en todo caso, si no es usted alguien serio, por lo menos intente parecerlo. Mayormente por el bien de España, que es lo que interesa. ¿O no?

Fuente: Blog