Toca colgar un post de la serie “DE TODO UN POCO”. Con ello, como saben la mayoría de los lectores, se trata de dar a éstos la oportunidad de introducir a debate cualquier tema que sea de su respectivo interés. También retomo el asunto del post anterior sobre el problema sanitario, surgido del nuevo concierto asistencial entre el Instituto Social de las FAS (ISFAS) y entidades de seguro para la asistencia sanitaria. Un concierto que está generando no poca frustración y enojo entre los afiliados al ISFAS y que, en mi opinión, deja hueco para un mayor análisis.
Sobre ese mismo tema, la carta del AJEMA a la subsecretaria de defensa, del pasado día 4 de este mes, y que fue el objeto central del post anterior (ATENCIÓN SANITARIA DUDOSA), está dando mucho juego. No solo mediático sino sobre todo en los círculos militares. Aquí, por mero ejemplo y sin ir más lejos, ese post ha propiciado ya más de 5000 visitas y, en una semana, ha escalado hasta el sexto lugar de los 274 hasta la fecha publicados (como puede comprobarse en la hoja de inicio del blog). Pero parece que la Subsecretaria se ha enrocado en modo “llamarse a andana” (hacer oídos sordos en la creencia de estar protegida en recinto sagrado). Supongo que cuenta con que los militares no somos dados ni a las trifulcas ni a las algaradas callejeras.
Pero ese escenario no es ni banal ni gratis. Es bien complejo y sensible. El AJEMA, con su carta, ha dado un buen toque de atención no solo sobre una deficiente asistencia sanitaria, sino también sobre una rechazable manera patrimonial de administrarla. La carta del almirante general Muñoz-Delgado (que puede leerse en el post anterior), en virtud de su alta representación militar, no es ni una rajada de café, ni una charla de amiguetes. Su documento demanda una respuesta, una explicación por parte de las autoridades de Defensa. Lo contrario, ningunear al remitente siguiendo con la callada por respuesta y sin mejorar las condiciones del nuevo concierto, no son formas de recibo. Igualmente, sigo pensando que la ausencia de comunicación previa a los afiliados sobre los cambios y recortes es asimismo muestra de falta de consideración, si no un desprecio, hacia los que hasta ahora se consideraban beneficiarios y han pasado a auto-valorarse como damnificados del ISFAS. Porque, aunque fuera a posteriori, a la vista del “tumulto” generado, dar alguna explicación a los afiliados sería lo mínimo exigible. ¿O no?
En el debate del post anterior, con opiniones mayoritariamente a favor de las tesis del AJEMA, se ha producido también alguna crítica al Almirante General, haciéndole responsable de la filtración de su carta a la Subsecretaria. Un juicio bastante temerario que, además, poco valor añade a la cuestión. Mientras no se demuestre lo contrario, y conociendo el paño, yo me inclinaría más a pensar que tal fuga se haya producido en la Subsecretaría o en el propio ISFAS (cuya directora fue destinataria de una copia de la carta), antes que en el cuartel general de la Armada. Además, y para evitar distraer la atención del respetable con ese tipo de interesados señuelos, conviene señalar que la verdadera enjundia del asunto no está ni en la carta ni en su filtración. Reside en su firma y en su remisión. Especialmente por la alta credibilidad del firmante. Porque entre las características de este AJEMA, don Jaime Muñoz-Delgado, no está precisamente la de trabajar en barbecho. Es una persona muy próxima a la gente y, de ahí, la sensibilidad por sus problemas que aflora en su texto. Asimismo, como buen submarinista, es paciente, reflexivo, eficiente y discreto.
Por todo ello, la carta del AJEMA a la Subsecretaria, en fundamentada defensa de los legítimos intereses de sus subordinados y familias, exige una respuesta. Tirarla a la papelera, como aparentemente se ha hecho, no es de recibo. En este punto, no puedo ignorar que en el debate del post anterior asimismo se ha constatado la extrañeza suscitada por lo que un general me describe así: «es clamorosa la ausencia de ruido sobre el tema por parte del JEMAD, así como del JEME y del JEMA” (sic). Pues sí. Es todo tan extraño que uno llega a preguntarse si no es que se estará descomponiendo a marchas forzadas el equipo rector de Defensa. Así podría deducirse no solo de la oportuna carta del AJEMA (supongo no estaba prevista su filtración), sino también de alguna otra, en esos altos niveles que, de momento, no ha sido filtrada.
Y hasta aquí hemos llegado hoy. Cedo el teclado a los lectores para que opinen, si quieren, sobre lo que a bien tengan.
Fuente: Blog