Salió a cabezazos y puñetazos

lazonegroKJohnander Ojeda logró salvar su vida en el accidente del helicóptero del SAR del pasado miércoles, pero lo hizo tras superar minutos de angustia dentro del aparato. Familiares directos de este joven mecánico de vuelo de 26 años, único superviviente de la tragedia,  explicaron este viernes a CANARIAS7 que «sufrió mucho para salir» del helicóptero. Se sirvió de uno de los ojos de buey de este modelo de Superpuma. «Lo arrancó a golpes, a cabezazos y puñetazos». No en vano, de las pocas lesiones físicas que se le perciben a simple vista a Johnander llaman la atención varias heridas en la frente. Más difíciles de curar serán las secuelas psicológicas, no sólo por el duro trance que tuvo que pasar hasta que logró salvarse, sino porque sabe que sus compañeros no corrieron la misma suerte y aún hoy se buscan sus cuerpos en alta mar. «Fue el instinto de supervivencia, le salvó el instinto de supervivencia», cuentan. En todo caso, desmintieron la versión que apunta a que saltó del helicóptero antes del impacto.
Con todo, su madre, Magaly Alemán, que reside en la Garita, contaba ayer en declaraciones a Antena 3 Televisión en Canarias que su hijo, aún en fase de recuperación, quiere reincorporarse a su trabajo lo antes posible. «Cuando nos vimos después del accidente no hubo palabras, nos fundimos en un abrazo», relató ayer a los reporteros de esta cadena.
A eso de las doce de la mañana se le vio entrar en la Base Aérea, donde permaneció por espacio de una hora.  Como es lógico, Johnander sigue colaborando con las tareas de búsqueda de sus compañeros.

Fuente : Canarias7