El nuevo plan de enseñanza comienza «a dar frutos» en la Academia General Militar, tras un inicio complicado

Sólo 133 de los 258 alumnos que ingresaron en la Academia de oficiales del Ejército de Tierra en septiembre de 2010 han sido nombrado caballeros alféreces, lo que significa que han superado los dos primeros años de formación. La promoción acumula 60 bajas y 49 alumnos han repetido curso en estos dos años: 41 en primero y 8 en segundo.

Con dos años de experiencia, y tras un primer curso complicado, parece que el nuevo sistema comienza a dar frutos. El grueso de alumnos que repitieron curso en la LXX promoción lo hizo en primero, mientras que 133 de los 141 de los alumnos superó segundo, lo que hace pensar, según el informe, «en una tasa final de egreso muy similar a la de progreso a ese tercer curso». De mantenerse el nivel de aprobados, con un número de repetidores en torno a 7 u 8 alumnos, en 2015 aproximadamente 115 alumnos obtendrían el empleo de teniente del Ejército de Tierra, menos de la mitad de los que comenzaron sus estudios en septiembre de 2010.

En la segunda promoción a la que afectó el nuevo plan, la LXXI, 185 de los 244 alumnos que ingresaron superaron el primer curso, se produjeron 43 bajas y 16 repiten primero durante este año. Estos números suponen más aprobados y menos bajas, una tendencia que Defensa vaticina que se repetirá en la tercera promoción que estudia con este nuevo plan, en la que 226 alumnos han comenzado sus estudios en septiembre de este año. Con una nota de corte de 10,05, es la promoción con una nota de corte más alta.

El informe apunta que el año 2009, con el sistema anterior, el número de opositores por cada plaza era de 3,4, mientras que en 2001 era de 7,7, y que 60 de los opositores tuvieron que ir a examen en septiembre, una prueba cuya dificultad hubo que bajar al mínimo para que pudieran ingresar.

Las falsas expectativas y la poca vocación, responsables de las bajas

En el informe se reconoce que, en el primer año del nuevo sistema, en el curso 2010-2011, la Dirección General de Enseñanza Militar «hizo una campaña de captación basada en la obtención del título de Ingeniero Industrial (no del de Ingeniero de Organización Industrial), lo que provocó dura críticas del Colegio de Ingenieros Industriales, dejando el empleo de teniente en segundo lugar, y no al revés, como debería haber sido».

Las expectativas creadas hicieron que 24 de los 60 alumnos que causaron baja lo hiciesen en los primeros días del curso, al comprobar que, al concluir sus estudios para obtener el empleo de teniente, se les daría el título de Ingeniero de Organización Industrial. Estas 24 bajas durante las dos semanas de orientación y adaptación a la vida militar no se repusieron, como solicitó el Ejército de Tierra, lo que hizo que se perdieran. Es el motivo principal por el que la LXX promoción de la Academia General de Zaragoza será una de las más reducidas.

Los demás alumnos que causaron baja en la primera promoción a la que afectó el cambio, la LXX, adujeron la dificultad de los estudios, mientras que los de la segunda, el año pasado, la LXXI, alegaron que «habían ingresado en el Ejército de Tierra para probar, ya que no les había llegado la nota de selectividad para ingresar en el Ejército del Aire o en la Armada» o que querían marcharse para no agotar la cuarta convocatoria en alguna de las asignaturas, lo que les impediría iniciar otros estudios en una academia de oficiales. Sólo tres de las bajas alegaron que su marcha era consecuencia de la dificultad de los estudios.

El informe destaca la valía de los 22 suboficiales que ingresaron por promoción interna en el primer curso, de los que veinte son ya caballeros alféreces cadetes, ocho de ellos galonistas, «a pesar del bajo nivel que alcanzaron tanto en Matemáticas como en Física en la prueba para el ingreso», ya que ninguno alcanzó el 5 en su puntuación. Y, destaca el informe, lo consiguieron «a pesar del número de años que llevaban sin concentrarse en estudios y, sobre todo, a la carga familiar, ya que bastantes de ellos trasladaron su familia a Zaragoza, lo que supone un gran ejemplo para sus jóvenes compañeros, ya que demuestran que con constancia, esfuerzo y sacrificio se puede superar con éxito la carrera». Por el contrario, los 21 militares de tropa y marinería que accedieron no progresaron en sus estudios y la mayoría renunció para presentarse posteriormente a la Academia General Básica de Suboficiales.

Fuente: Atenea Digital