LOS SANTOS, EL «PREDEÑAL» Y LO SUPERFLUO.

PitarchLo de la seguridad y la defensa no parece importarle a nadie en España. Y ya no hablo del ciudadano de a pié. Me refiero también y sobre todo a quienes tienen la responsabilidad política de velar por la seguridad y la defensa de España, los españoles y sus valores e intereses. En otros términos, al Gobierno y al congreso de los diputados.

Ni en uno ni en otro. El 25 y 26 de marzo pasados, durante el debate sobre el estado de la nación, ninguno de los oradores que intervinieron hizo la más mínima referencia al lamentable estado de operatividad de las Fuerzas Armadas (FAS). Una sonora omisión que puede interpretarse que la defensa nacional -al igual que sucede con los sabrosos melones de Villaconejos-, nada tiene que ver ni con el estado, ni con la nación, ni con el estado de la nación. Únicamente, el día 27, en el subsiguiente zoco de resoluciones post-debate (totum revolutum), se aprobó una relativa a la política común de seguridad y defensa de la UE. Unos votaron sí (amplia mayoría), otros votaron no (corta minoría) y solamente tres abstenciones, de las que 2 fueron, curiosamente, de nacionalistas canarios, la Sra. Oramas y el Sr. Quevedo. Parece de coña que sus señorías, por aplastante mayoría, insten al gobierno para que promueva en la UE una política de seguridad y defensa «funcional y efectiva», cuando la de la propia casa, que está por los suelos, ni se menciona. En todo caso, fue una resolución calificable de “clandestina”, ya que no mereció el más mínimo titular en los medios. Normal en este escenario.

¿Y si la defensa fuera una gollería, es decir, algo bueno pero superfluo? Solamente desde esa perspectiva, se podría entender el por qué de su paupérrimo estado actual, ya que en tiempos de crisis económica hay que prescindir de lo superfluo. Así, los responsables políticos tendrían coartada para justificar lo que está pasando: abandonar sin más la defensa a su suerte. Mala noticia es para los que nos hemos entregado de por vida a la defensa nacional. Y aún así, aunque se nos cayeran los palos del sombrajo, seguiríamos creyendo en su necesidad como función esencial del estado. Función que éste no está garantizando hoy. Solo la está cubriendo nominalmente a golpe de seminarios, negocios industriales (de algunos), conferencias, mesas redondas, viajes de promoción personal, alguna maniobrita de «chicha y nabo» (inflándola en los medios), etc. Y no digo que eso no haya que hacerlo. Lo que afirmo es que eso no sirve para nada, eso sí que es superfluo, mientras no haya operatividad suficiente. Mientras los artilleros no puedan disparar lo que deberían, los pilotos no vuelen lo necesario, y los marinos no alcancen las horas de mar requeridas. Y, encima, algunos de los responsables directos del desastre no paran de echar “balones fuera”, desinformando al respetable y cubriéndose el lomo para empresas futuras .

En esa reflexión estaba -de hecho ya llevaba algunas semanas dándole vueltas al tema-, cuando me llama Klaus von Horn, mi amigo alemán, parlamentario europeo, que ustedes ya conocen. Preparando su campaña para las europeas se encuentra con la «tostada» española arriba descrita. Y me habla del “Moreno predeñal”. Le pido (como siempre) que me explique el trabalenguas. Lo hace y, al final, logro entender que lo que quiere decir es que “el Sr. Morenés tiene la cara de pedernal” (no me dirán que no me estoy ganando el perfil 3.4.3.4 del argot “vonhorniano” hispano-alemán). Qué cosas tiene este hombre, porque el perdernal es una piedra bien dura y, sinceramente, yo a don Pedro -que personalmente goza de mi devoción-, no le veo como un caradura. Y así trato de explicárselo a mi amigo.

Pero me temo que no le convenzo. Se aferra a la tozudez de los hechos. Dice don Klaus que el señor ministro de defensa está dejando en pañales mediáticos incluso a su antecesora, doña Carmen Chacón. Ésta -continúa- al menos iba de política de pura raza y, consecuentemente, exprimió a tope el limón ministerial en beneficio de su personal carrera política. Pero es que -prosigue-, el actual ministro va de apolítico-tecnócrata. Y, sin embargo, no pasa semana que no sea glorificado en alguno de los tres medios que controla, en beneficio de su caché como comisionista de armamentos. Trato de tirarle de la lengua sobre tales medios. Pero no suelta prenda. En un descuido, se le escapa uno porque menciona una entrevista “bastante babosa” (sic) publicada el pasado lunes, 28 de abril, en un diario de (corta) tirada nacional. De entrada, y entre una profusión de fotografías de estudio, se presenta a don Pedro como alguien así: “lejos del perfil del político profesional. Huye del protagonismo y prefiere las distancias cortas”. Sí, la verdad sea dicha en honor a don Klaus, lleva la razón. Un poco de cinismo y tomadura de pelo al respetable y a las FAS sí que hay en todo eso.

Me pica la curiosidad (siempre lo logra von Horn) y me veo obligado a entrar en la red y leer la larguísima entrevista. Es todavía peor de lo que me temía. Solo comentar dos o tres cosillas. No pensé que, a estas alturas, lo diría. Pero lo dice, ganándose ya la pedorreta. Don Pedro habla de “hacer más con lo mismo o con lo que tengamos” (sic). Caramba -sería el corolario- después del recorte del 31% (descontada inflación), en cinco años, en el presupuesto de Defensa, qué inútiles debieron ser todos los ministros y Jefes de Estado Mayor anteriores, que no fueron capaces de hacer mucho más cuando más tenían, o gastar mucho menos para hacer lo mismo que ahora se hace. En la filosofía del Sr. Morenés, por tanto, no solo inútiles sino también despilfarradores.

La cosa culmina cuando don Pedro afirma categóricamente que actualmente “España es capaz de cumplir con su misión fundamental: defender el territorio nacional” (sic). Qué salto atrás de treinta años da, cuando refiere la defensa nacional a la defensa operativa del territorio. No sabe que las DOT,s se archivaron hace tanto que ya ni recuerdo cuando. ¿Pero es que el ministro de defensa todavía no se ha enterado que la misión (fundamental) de las FAS no hay que inventarla, porque está claramente precisada nada menos que en la Constitución (art 8) y en la L.O. de la Defensa Nacional (art 15)? ¿Es que asimismo ignora que la misión o se cumple íntegramente o no se cumple? ¿En manos de quién estamos, Señor?

Este von Horn siempre pone el dedo en la llaga. Porque, de acuerdo con los recientes datos del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI), España ha sido, en 2013, tras Omán y Madagascar, el tercer país ¡del mundo! que más ha reducido su presupuesto de defensa. Tal vez -remata don Klaus- la inclusión del Sr. Morenés en el séquito de S.M. El Rey, en su recentísima visita a Omán, no haya sido unicamente, como parecería, en calidad de florero. Es solo una hipótesis, pero a la vista de esa estadística, quizás podría justificarse bien su presencia en el séquito real, para ampliar conocimientos en Omán de cómo poder recortar todavía más el presupuesto de defensa de 2015. Así las FAS podrían hacer más y mejores cosas. Ya le cuelgo (el teléfono a von Horn). Pero, la verdad sea dicha, yo no sé cómo esos santos, los tres Jefes de Estado Mayor, pueden aguantar tanto.

Fuente : Pitarch