Luis De Velasco : CIA: Aquí se tortura

CIAEs como la famosa escena de Casablanca, aquella de “Aquí se juega” fingiendo sorpresa. Resulta que “Aquí se tortura” y era un secreto a voces aunque la maldita palabra ni aparece en lo publicado gracias al trabajo de unos senadores norteamericanos, prácticamente todos ellos demócratas tras cinco años de trabajo y muchos obstáculos. Ni aparece ni se pronuncia oficialmente. Se habla de “interrogatorios reforzados”, una ocultación del lenguaje más, donde en los “conflictos” no hay muertos sino ¨daños colaterales” por ejemplo. Resulta que no se admite que se practique o se permita la tortura porque eso es incompatible con los “valores americanos”. Pero lo ocurrido no es algo excepcional, al contrario. Entre lo mucho publicado vale la pena el libro “Truth, torture, and the american way” de Jennifer K. Harbury, centrado sobre todo en los años de plomo en América Latina. Y sin ir más lejos recordemos el espanto de la prisión de Abu Ghraib (Mark Danner: “Torture and truth. America, Abu Ghraib and the war on terror”).

Admirable como se ha dicho que esto se conozca, al menos en parte. Pero como ha dicho el propio Obama hay que pasar página y nadie será juzgado ni castigado por esto.”Enough is enough” porque lo cierto es que a la gran mayoría de la opinión pública del país este tema no le preocupa. Todo vale en esa permanente “war on terror” iniciada por Bush. Bajo sus órdenes John Yoo, el consejero legal del departamento de Justicia escribió los famosos informes de la no aplicación de las Convenciones de Ginebra a esa guerra y que ‘legalizaban’ esos interrogatorios ‘reforzados’ haciendo mofa del derecho internacional. Con ese amparo ‘legal’ y el de la ‘Patriot Act’ echaron a nadar esas y otras torturas, las prisiones ocultas en países amigos ( por supuesto, porque en Estados Unidos no podía haberlas, era ‘unamerican’), las desapariciones forzadas (“extraordinary renditions”) , las muertes (ver por ejemplo www.opensocietyfoundatios.org, una de esas admirables organizaciones civiles de ese país admirable también en muchas otras cosas).

La vergüenza no debe recaer sólo sobre la administración norteamericana. Los gobiernos europeos lo sabían, callaban e incluso varios de ellos colaboraron, bien con cárceles ocultas, bien permitiendo tránsitos de aviones de la CIA con secuestrados (entre ellos el nuestro) o incluso secuestros. Hubo una cena con Condolezza Rice de todos los ministro OTAN en la que nadie se atrevió a hablar de este asunto. Ese tema era, como se dijo, “el elefante en la habitación”: allí estaba, todos fingían no verlo.

La tortura sigue porque tener más de un centenar de prisioneros en Guantánamo sin acusarlos ni juzgarlos y con mínimas o nulas esperanzas de libertad eso es tortura y violación continua de derechos humanos ( ver, entre otros, “Guantanamo.The war on human rights” de David Rose.)

Para el lector interesado en la CIA (que existe), entre lo mucho publicado, ver traducido al español “Legado de cenizas. La historia de la CIA” de Tim Weiner, premio Pulitzer. Ilustrativo.

Fuente : republica